Prohibido su uso en Francia desde septiembre de 2018 y en la Unión Europea desde febrero de 2021, la sustancia activa tiacloprid sigue utilizándose en otras partes del mundo para proteger los cultivos contra determinados insectos. Al comprar y consumir frutas y verduras frescas de estos países que han sido tratadas con tiacloprid, el consumidor se expone a esta sustancia, considerada por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) como cancerígena de categoría 2, tóxica para la reproducción de categoría 1B y tóxica para el sistema endocrino. disruptor.
Desde entonces, Francia ha pedido a la Comisión Europea que reduzca los límites máximos de residuos (LMR) de tiacloprid, [al igual que otras sustancias cuyo uso está prohibido en la Unión Europea por motivos de salud]. Por lo tanto, la reducción de los LMR en los productos alimenticios tiene como objetivo que las frutas y hortalizas frescas que contienen residuos de tiacloprid en cantidades cuantificables no cumplan las normas para su entrada en territorio europeo.
Como la Unión Europea aún no ha adoptado tales medidas, el Gobierno ha decidido, a la espera y para proteger al consumidor, suspender mediante decreto ministerial del 23 de febrero la introducción, importación y distribución en el mercado nacional de frutas y hortalizas frescas procedentes de terceros países tratados con tiacloprid.
Esta medida obliga a los operadores a garantizar que las frutas y hortalizas frescas importadas no contengan residuos de tiacloprid: a lo largo de toda la cadena de importación, transformación y comercialización de estos productos, los operadores franceses deben implementar medios para controlar el riesgo de introducción de productos que contengan residuos cuantificables de tiacloprid, bajo el control de los servicios del Ministerio de Agricultura y Soberanía Alimentaria.
Este decreto, adoptado por un período de un año, dejará de aplicarse en cuanto la Unión Europea adopte medidas destinadas a reducir los límites máximos de residuos.