El aumento de los precios internacionales de la soja llevan a la industria agroalimentaria a decantarse por el girasol
El alto precio de la soja se debe a que los principales importadores han aumentado la demanda de producto estadounidense, dada la incertidumbre generada por problemas derivados del cambio climático en las cosechas de Argentina y Brasil.
Las fluctuaciones en la producción de dos principales países exportadores de soja como son Argentina y Brasil debido a las inclemencias meteorológicas provocadas por el cambio climático han provocado una gran incertidumbre en los mercados. Tanto es así que la Conab brasileña ha ajustado a la baja las estimaciones de producción y los principales importadores de soja están apostando por la soja estadounidense, como es el caso de China, que ha registrado en el mes de noviembre un incremento de sus importaciones de soja del país norteamericano que alcanza el 7,8% con respecto al año anterior.
Por tanto, siguiendo la ley económica de la oferta y la demanda, los precios de la soja estadounidense cerraron el pasado 12 de diciembre a 450,15 euros por tonelada en la Bolsa de Valores de Chicago.
Un alto precio que explica que la industria agroalimentaria esté decantándose en esta coyuntura por el girasol como sustituto de la soja debido a las propiedades similares del aceite de girasol con respecto al de soja, lo que motivó que la cotización que presentó el girasol en lonjas nacionales como la de León la pasada semana alcanzara los 375 euros por tonelada, experimentando una subida tan sólo contenida por estar cosechándose aún cultivo debido al aumento de la demanda, siendo el que quedaba en campo producto de baja calidad o dañado por las lluvias.