El encarecimiento a niveles históricos del aceite de oliva está extendiendo los robos de aceitunas a cada vez más regiones españolas, creciendo como una peligrosa mancha de aceite, nunca mejor dicho. Después de las denuncias en olivares y almazaras de Andalucía y Extremadura, la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) advierte de que la oleada de sustracciones también ha llegado al interior de la Comunidad Valenciana coincidiendo en el tiempo con la apertura de centros de recepción.
El asociado de AVA-Buñol, José Marzo Torres, interpuso una denuncia ante la Guardia Civil por el robo este pasado fin de semana de 600 kilos de aceitunas en 18 olivos de su propiedad situados en esta población de la Hoya de Buñol. Además, este agricultor sufrió unos días después un segundo robo afectando a los olivos restantes de su terreno, por lo que ha presentado una segunda denuncia. “Por las huellas que han dejado y no se han molestado en ocultar, debe tratarse de un grupo de tres personas que acudieron al campo con la maquinaria idónea para la recogida de aceitunas. Fueron a los árboles que tenían más cosecha y actuaron de manera muy organizada y rápida”, declara el olivicultor valenciano.
Precisamente la misma semana que se ha conocido este delito han abierto las puertas varias almazaras y puntos de recepción en municipios de la zona como Buñol, Chiva y Cheste. Por ello, AVA-ASAJA solicita a la Delegación del Gobierno que extreme la vigilancia tanto en los campos de olivos como en estos centros que pueden adquirir mercancía robada y generar un mercado negro de aceitunas para la elaboración de aceite de oliva.
La organización agraria alerta de que los robos añaden más dificultades a los olivicultores valencianos, puesto que las perspectivas de producción apuntan a un desplome del 50% respecto a un aforo normal debido a la falta de lluvias en las comarcas interiores de la Comunidad Valenciana, así como a varios temporales de pedrisco y a elevadas temperaturas en primavera.