Lo hemos podido constatar con los incendios provocados por altas temperaturas de Ribera del Ebro, el exceso de lluvias que provocó el mildium a la viña, los temporales de Gloria y Filomena, este tipo de fenómenos meteorológicos son cada vez más habituales y los seguros agrarios no cubren más que un porcentaje ínfimo de las afectaciones.
Las heladas producidas este fin de semana han afectado entre el 60 y el 100 por ciento de la producción de fruta de hueso, en el Segriá; en pera, en la Huerta de Lérida podría llegar hasta el 50 por ciento. La fruta de hueso y la de semilla tendría afectaciones entre el 40 y el 80 por ciento, también en comarcas como la Plana de Urgel, Urgel, la Noguera y el Bajo Segre.
Aun así, la mayoría de productores no verán compensadas sus pérdidas o solo un porcentaje muy bajo, puesto que no se evalúan los daños por parcela (los productores suelen tener cultivos diversificados repartidos en fincas en diferentes ubicaciones) y las franquicias, en caso de daños por frío, son muy altas. Por este motivo, JARC reclama al Departamento y el Ministerio que aumenten las subvenciones a la aseguradora para que puedan mejorar las condiciones de sus servicios, sin subir el coste.
Los cultivos de almendra tradicional, la tempranas llargueta y marcona, especialmente en los valles y zonas hondas, también han sufrido una afectación de hasta un 70%. Los cultivos de variedades de floración más tardía situados en regiones hondas, también han sufrido daños, dado que este año se ha avanzado la floración. La situación respecto al seguro por frío es similar, y por tanto reclaman también que bajen las franquicias y se valoren los daños por parcela y no por explotación.
Otros cultivos como la viña, cereales o forrajes se han podido ver afectados en menor medida y están valorando los daños. Otro factor que habría que tener en cuenta en la hora de rediseñar las condiciones de los seguros agrarios son los potenciales productivos, que Agroseguro estima a la baja, de forma que cuando se produce un siniestro perjudica al agricultor.
Los seguros, según la entidad, deberían tener un coste asumible para las empresas agrarias y una cobertura que se ajuste a la realidad del cambio climático. Según Isabel Vidal, representante de la viña de JARC, lo que también sería deseable que los productores recibieran un precio digno por su producción, de forma que pudieran hacer frente al gasto del seguro.