En términos genéticos el chile es más complejo que el ser humano. Descifrar esta complejidad permitirá a los científicos hacer un producto más grande, con diferentes potencias de picor, utilizar sus extractos para procesos industriales o para crear medicamentos altamente efectivos.
El chile es sin duda una pieza fundamental de la culturas de México y China. Por ello no es casualidad que investigadores hayan logrado secuenciar el genoma de este pimiento. Encontraron que el genoma del chile contiene 35 mil genes, cinco más de los que tenemos hombres y mujeres.
Los pimientos a estudio son el chiltepín, también conocido como chile piquín (mexicano), y el Zunla 1 (chino).
Una vez que se entienda todo el mapa genómico podrán obtenerse nuevas variedades de interés agrícola con resistencia a plagas o enfermedades que actualmente son capaces de destruir cultivos enteros.
La investigación la elaboran actualmente los científicos del Ministerio de Agricultura de la Universidad Agrícola de Sichuan, el Instituto de Genómica de Beijing y el Departamento de Ingeniería Genética del Cinvestav, Irapuato, a cargo de Rafael Rivera.
Una vez concluidos los estudios también se sabrá si la “domesticación” del chile se dio primero en unas culturas del mundo y después en otras o hubo una “domesticación” simultanea.