Cuando el grano no se porta bien, el plátano es la solución. Y de eso dan cuenta centenares de familias cafeteras en el Suroeste antioqueño.
"Con lo que recibo cada ocho días vivo muy bueno: merco, pago empleados e insumos y me tomo mis cervezas", dice sonriente Diego León Carvajal, un caficultor de Jardín donde hay 1.700 hectáreas de café y un número similar de plátano
Los ingresos por el café le sirven para gastos menores.
Por el carreteable en buen estado que se desprende hacia Verdún, a un kilómetro antes de la cabecera, afuera de cada finca canastos verdes con plátano (hartón, dominico, guineo) y banano esperan que pase el carro recolector que no falta todos los miércoles.
Con el precio del grano en uno de sus niveles más bajos en años, aunque la producción viene al alza, según la Federación Nacional de Cafeteros, las musáceas se han convertido en una alternativa.
Así lo confirma Mario Agudelo Restrepo, funcionario de la Cooperativa Agromultiactiva San Bartolo, que con 380 asociados recoge la fruta para llevarla a centros de distribución en Medellín y Rionegro.
"Son unas 850 toneladas mensuales", afirma. No solo las recogen entre los asociados en poblaciones como Andes, Hispania y Jardín: son unos 800 que entregan la fruta a la cooperativa.
Por esta y otras vías veredales también pasan más recolectores, de la cooperativa de caficultores y particulares, dice Carlos Ángel, un profesor jubilado que cambió las matas de café por 1.000 de banano y no se arrepiente, aunque dejó algo en el cafetal.
El 98 por ciento de los que producen plátano y banano en este rincón del Suroeste son cafeteros.
En promedio de cada finca sacan 15 cajas semanales. La recolección se hace en cada zona un día fijo. Un vehículo con un operario que clasifica la fruta según el tamaño (extra, primera, segunda) pasa pesando y recogiendo.
Para Sergio Velásquez Fernández, director de Comercialización de la Secretaría de Agricultura de Antioquia, esta actividad es mirada no solo como una forma de supervivencia en tiempos difíciles, sino que muestra a los jóvenes que el campo es atractivo.
Las 4.000 hectáreas vinculadas de las fincas comprenden un área mayor que la reconocida zona platanera del Quindío.
"La mayor parte de la producción es plátano y banano", indica Agudelo Restrepo, pero también recogen aguacate, cítricos y otras frutas en menor cantidad. La Cooperativa tiene puntos de venta en las Plazas Mayorista y Minorista de Medellín y en la de Rionegro.
Diego Carvajal reconoce que les brindan asistencia técnica, con lo que mejoran los ingresos. "Por ejemplo ya no se saca el racimo sino que se procede con el desmane, o corte de los gajos, que son los que empacan en la caja", dice Agudelo Restrepo.
Un producto verde para capear el temporal del grano.
