Fósforo y azufre en el cultivo de arveja

La Argentina exportó, durante el 2010, un volumen de 78 mil toneladas de legumbres, ocupando en la provincia de Santa Fe más de 70.000 hectáreas  sembradas, de las cuales el 36% corresponden al cultivo de arveja (datos SAGPAyA  citado por Prieto, 2011).

La arveja, Pisum sativum L., es una especie anual, perteneciente a la familia de las Fabáceas, en nuestro país se la cultiva en forma extensiva para abastecer a la industria y en forma intensiva para su consumo fresco. Del volumen total de arveja producido localmente, el 90% se destina a grano seco, para consumo interno y exportación. Desde el punto de vista tecnológico, se conocen más de 50 variedades, se realiza en siembra directa y  la protección del cultivo incluye terápicos de semilla de última generación, uso de inoculantes, fertilización balanceada, herbicidas residuales de amplio espectro y fungicidas para el control de enfermedades foliares. 

Las plantas de arvejas producen granos con alto valor proteico para lo cual es necesario un correcto aporte de nitrógeno; por lo tanto la inoculación con cepas específicas de Rhizobium leguminosarum  se constituye en una práctica de gran importancia con el fin de proveer nitrógeno al cultivo por simbiosis. 

Durante la campaña 2009 - 2010 se llevaron a cabo 3 ensayos de arveja para evaluar la eficacia  de diferentes formulaciones de inoculantes y la fertilización con P y S. Los sitios fueron: Estación Experimental  INTA Oliveros, y campos de productores en las  localidades de Villa  Amelia y Sargento Cabral. En la Tabla 1 se describen las características de cada sitio experimental. Los ensayos se realizaron con un diseño en bloques completos aleatorizados con tres repeticiones, en parcelas de 100 m2 aproximadamente (ancho de sembradora por 20 m de largo).