En España, el brócoli es uno de los cultivos más relevantes en la producción hortícola con una extensión superior a las 31.000 hectáreas cultivadas y un rendimiento medio de 15.6 toneladas por hectárea, situándose como el primer país en Europa en este producto. La Región de Murcia lidera la producción con 202.300 toneladas anuales, mientras que la Comunidad Valenciana destaca por obtener los mayores rendimientos por superficie.
Gran parte de su producción se dirige a mercados internacionales, con Reino Unido como principal destino. No obstante, su consumo en el país ha experimentado un crecimiento constante en los últimos años, consolidando a esta hortaliza como una opción cada vez más presente en la dieta de los españoles.
Para asegurar la continuidad de esta producción en el país, es fundamental contar con sistemas de riego eficientes que prevengan el estrés hídrico y optimicen los rendimientos. Compañías como Caudal, especializada en soluciones de riego innovadoras, juegan un papel esencial en garantizar un suministro hídrico adecuado para los agricultores y maximizar su productividad.
Consideraciones clave en siembra y riego para una producción óptima
El ciclo del brócoli comienza con la germinación en semillero y posteriormente, se realiza el trasplante al campo cuando la planta alcanza los 20 centímetros de altura. Dependiendo de la variedad y la época del año, se puede cosechar en ciclos cortos, de 60 días, o largos, de 120 días.
El cultivo prospera con temperaturas entre 20 y 24 grados, mientras que para inducir la floración se requieren algunas horas de frío moderado, entre 10 y 15 grados. Además, el tipo de suelo es crucial. Se recomienda un pH ligeramente ácido, entre 6.5 y 7, y una textura media que favorezca el drenaje y la aireación.
La fertilización debe ser equilibrada, con un adecuado aporte de nitrógeno, potasio y boro. Un exceso de abono puede causar un desarrollo foliar excesivo que perjudique la formación de inflorescencias, por lo que el control de nutrientes es esencial.
Por otro lado, el riego es uno de los aspectos principales para su optimización. Este tipo de verdura necesita mantener una humedad constante en el suelo sin que se produzcan encharcamientos que favorezcan enfermedades fúngicas. Para ello, el riego por goteo es la opción más eficaz, ya que ofrece un control preciso sobre el caudal de agua y evita el exceso de humedad en las hojas, lo que reduce el riesgo de infecciones.
En este sentido, Caudal ofrece soluciones adaptadas a las necesidades de cada explotación, utilizando tuberías de gotero de bajo espesor, desde 0.15 milímetros hasta 0.38 milímetros, y goteros S200 y S300, con caudales que oscilan entre 0.7 l/h y 2 l/h. Esta tecnología asegura una distribución homogénea de agua y nutrientes, optimizando su rendimiento.
La frecuencia de riego varía según la fase de crecimiento y las condiciones climáticas. En las primeras etapas, es recomendable un riego frecuente y abundante para promover el enraizamiento y desarrollo vegetativo. A medida que se acerca la inducción floral, los riegos pueden espaciarse, siempre manteniendo un nivel adecuado de humedad en el suelo.
Además, el brócoli es susceptible a plagas como los alticinos y gusanos, y a enfermedades como la podredumbre negra y el mildiu velloso. Para prevenir estos problemas, es fundamental aplicar prácticas agronómicas sostenibles, como la rotación de cultivos y el uso de un riego eficiente, lo que contribuye a una producción más saludable y rentable.
Caudal se enfoca en ofrecer tuberías de gotero y goteros de alta precisión y eficiencia, adaptadas a las necesidades específicas de cada agricultor para un desarrollo óptimo de esta verdura.
