Desde Araba Bizirik, Bionekazaritza y UAGA, exponen que llevan varios años llamando la atención sobre el futuro que se le presenta a Álava como un espacio de sacrificio. Un espacio, un suelo que puede ser ocupado por infraestructuras que degradan el entorno natural y rural de forma definitiva. La coartada resulta ser paradójica. Estos proyectos se presentan como una necesidad que debemos afrontar por imperativo de los compromisos que se han adoptado en organismos internacionales frente al cambio climático. Pero esto se hace destruyendo el ámbito natural, agotando recursos hídricos y desnaturalizando entornos rurales por medio de la instalación de centrales de energía o implantando pistas y viales que fraccionan el territorio. "Creemos que se puede hacer de otra manera y exigimos que así se haga", indican, y afirman tener la certeza de que el objetivo de estas instalaciones nada tienen que ver con un respeto por el medio natural, nada tienen que ver con la descarbonización y nada tienen que ver con las necesidades de las personas, pues se prioriza sólo y exclusivamente el desarrollo de nuevas fuentes de negocio, con infraestructuras que agudizan la crisis ecosocial en la que nos encontramos.
Por ello, consideran que la prioridad de las Instituciones debe ser la tutela del espacio público, la ordenación de las actividades económicas en el territorio dando relevancia a aquellas que lo vertebren y sobre todo, deben crear la confianza en la gente de que se está obrando de buena fe y priorizando el interés social frente al interés particular de las grandes corporaciones. "Y esto ahora no parece ser una evidencia", denuncian, y añaden que actualmente Álava se encuentra en una situación de vulnerabilidad absoluta. La evolución de la actividad económica y social en nuestros pueblos nos indica que el sector primario se encuentra en una clara situación de debilidad y con riesgo real de que desaparezca. Por ello, demandan de las Instituciones un claro compromiso para que la agricultura y ganadería en el Territorio Histórico de Álava sea declarada actividad estratégica y que se desarrollen políticas activas que protejan a las personas agricultoras y ganaderas titulares de explotaciones familiares. "Es necesario que esta actividad, que representa el soporte para la fijación de la población rural y garantía de la necesaria soberanía alimentaria, tenga la cobertura necesaria que permita su pervivencia", consideran desde Araba Bizirik, Bionekazaritza y UAGA, ya que el acaparamiento de la tierra, la “UBERIZACIÓN” de la actividad agraria o la progresiva dependencia de entornos de decisión progresivamente cada vez más alejados, nos hace una sociedad más dependiente y vulnerable.
"Debemos exigir a nuestras instituciones que atiendan el rechazo que mostramos ante este acoso y este saqueo y que actúen bajo el mandato que le hemos otorgado: velar y defender el interés de la gente. Nuestra lucha se sustenta en el cuidado mutuo. Cuidado y acción entre diferentes que nos hemos organizado para defender los espacios vivos que son los pueblos y tierras comunales. Apelamos a un cuidado trasversal entre entornos urbanos y rurales que se demandan y necesitan próximos y unidos. Álava sigue siendo un territorio con un patrimonio natural común de vital importancia y así exigimos que se mantenga, por responsabilidad y dignidad colectiva", exponen, por lo que consideran que las decisiones que se tomen hoy van a condicionar la vida de las generaciones venideras y "nos corresponde defender y decidir a quienes hemos cuidado y seguimos cuidando el territorio. Es necesario que retomemos nuestras capacidades de decisión y de reacción".
Por ello, Araba Bizirik, Bionekazaritza y UAGA hacen un llamamiento conjunto para apoyar la convocatoria de concentración el próximo 1 de junio en la Plaza de los Guardias a las 13 horas. También se realizará una tractorada desde la Plaza de Bilbao.
"La tierra agraria necesita urgentemente de mecanismos de protección efectivos, ante el constante goteo de proyectos que pretenden utilizar este recurso con objetivos puramente mercantilistas disfrazados de energía verde para beneficio de toda la sociedad".
En las últimas semanas hemos vuelto a conocer nuevos proyectos de instalación de energía
fotovoltaica (Zierbena 2, 3 y 4), que pretenden hacerse de nuevo con cerca de 400 hectáreas de tierra agraria fértil y que sangrarán el conjunto del territorio con sus líneas de evacuación hacia las empresas energéticas. Además, en los planos presentados aparecen como parte del proyecto
parcelas agrarias propiedad de agricultores que en ningún caso han dado conformidad a la empresa para vender o alquilar los terrenos. Esto es grave no solo por la dudosa legalidad de inscribir parcelas que no forman parte del proyecto, sino por la indefensión a la que se ven sometidas estas personas, que estando en contra de la utilización de tierra agraria para estos usos, quedan cuestionadas frente a terceros. Esto demuestra el carácter depredador de estas empresas, a las que no les importa ni el medio rural ni sus habitantes.
Ante este acoso constante, la semana pasada Araba Bizirik, Bionekazaritza y UAGA registramos en Juntas Generales una propuesta para la Comisión de Equilibrio Territorial y Ordenación del Territorio, con el objetivo de que se pueda aprobar una moción donde se declare la agricultura y ganadería en el Territorio Histórico de Álava como actividad estratégica y poder así preservar la tierra agraria.
La moción hace referencia a la reducción de explotaciones agrarias en el Territorio y el
envejecimiento y despoblamiento del entorno rural, para señalar que la actividad agroganadera fija población, vertebra el territorio y preserva el medioambiente. Si se activan mecanismos que protejan la tierra con actividad agrícola y ganadera productora de alimentos para la sociedad, podemos sentar las bases para una mayor vertebración territorial y un equilibrio entre el peso de la capital y los pueblos.
"Estamos hartos de sentir muy cerca el fin nuestra forma de vida y, en consecuencia, de la Álava rural. Hartas de ver como se le da más importancia al mercantilismo y los beneficios de las megaindustria de la energía, que a la posibilidad de que se cree una soberanía alimentaria real y al mantenimiento de la cultura alavesa apoyando a los concejos. Por eso, mientras no cambie esta situación, seguiremos movilizándonos hasta conseguir nuestro
objetivo", sentencian.