El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha puesto este domingo al sector vitivinícola como ejemplo de transición hacia un modelo de producción más sostenible, gracias a sus avances tecnológicos y la constante modernización de su procesos productivos. Ha recordado, además, que se trata de un sector que desempeña un papel motor en la economía de muchas zonas rurales españolas.
En la reunión ministerial de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) que se ha celebrado este domingo en Dijon (Francia), el ministro ha detallado el “importante camino recorrido” por el sector vitivinícola en su adaptación a las nuevas circunstancias derivadas del cambio climático.
También ha hecho referencia a la mejora de su sostenibilidad. Así, ha mencionado la apuesta por la producción ecológica, la incorporación de técnicas de agricultura de precisión, el uso de energías renovables, la renovación y modernización de las bodegas y el aprovechamiento y valorización de subproductos, que favorecen el desarrollo de la economía circular.
El viñedo cumple importantes funciones en el ámbito medioambiental, entre las que el ministro ha destacado la conservación de suelos y la captación de carbono. Planas ha recordado que estos aspectos son cada vez más considerados por los consumidores y que, como ocurre en general con los sistemas alimentarios, el futuro del sector pasa por la sostenibilidad en su triple dimensión, ambiental económica y social.
El ministro ha señalado como reto de futuro la reducción de la huella climática de la producción de vino con cultivos más resistentes a la sequía o las temperaturas extremas. Se ha congratulado de que esta adaptación sea uno de los ejes del nuevo plan estratégico diseñado por la OIV para el periodo 2025-2029 que será aprobado por la asamblea general que se celebra a partir de mañana.
Planas ha destacado que el sector vitivinícola favorece la preservación territorial y de los valores etnográficos, sociales y culturales. España, que cuenta con más de 900.000 hectáreas de viñedo, es uno de los principales productores mundiales de vino.
En su intervención, el ministro ha hecho referencia también a la necesaria adaptación a los nuevos patrones de consumo, ha apelado a una ingesta moderada y responsable, y ha expresado el apoyo del Gobierno español a la regulación de los vinos desalcoholizados. Igualmente se ha mostrado partidario de reforzar el uso de medios electrónicos para responder a las demandas del consumidor sobre una mayor información sobre el origen, trazabilidad y aspectos relacionados con la salud.
La reunión ministerial es previa a la Asamblea General de la OIV y al Congreso Mundial de la Viña y el Vino que se celebran entre el 14 y el 18 de octubre en Dijon, sede del organismo y capital de Borgoña, una de las principales regiones productoras de Francia. Tras la reunión, esta tarde se celebrará un acto de homenaje a Pau Roca, fallecido el pasado mes de diciembre, que era director general de la OIV desde 2019, el primer español en ocupar dicho cargo.
La OIV, que celebra este año su centenario, tiene entre sus principales objetivos la armonización internacional de las prácticas y normas del sector. España fue uno de los ocho países fundadores. La organización cuenta en la actualidad con 50 Estados miembros y 18 observadores.