Después de largas deliberaciones, la Comisión de Medio Ambiente votó ayer las recomendaciones, que ahora se transmitirán al Parlamento. Hubo una estrecha mayoría a favor de prohibiciones generales de todos los agentes químicos sintéticos que no estén clasificados como ingredientes activos de bajo riesgo. Dado que actualmente no existen alternativas suficientes, esto significaría efectivamente el fin de la agricultura convencional. La definición de lo que constituye una zona sensible debe determinarse a nivel de los Estados miembros.
Según la evaluación del DBV, esto conducirá a mayores distorsiones de la competencia debido a diferencias en la información. Los demás puntos de la propuesta, como un requisito de documentación excesivo y completamente impracticable y un mayor endurecimiento de los ya excesivos objetivos de reducción, confirman la impresión de que los diputados todavía no comprenden o ignoran las considerables cargas que se impondrán a la agricultura si la se hagan propuestas para ser implementadas.
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