Las empresas bioindustriales europeas instan a la UE a replantear sus medidas de economía circular

Por primera vez, BIC ha publicado un Informe de tendencias sobre cómo Europa puede liberar todo el potencial de la bioeconomía, permitiéndole contribuir mejor a la transición verde de la UE.

En 2012, el mundo admiraba a Europa como líder global en el lanzamiento de su estrategia de bioeconomía de la UE. Hoy, el mundo y Europa miran hacia otras regiones que son más audaces a la hora de hacer de la bioeconomía un sector industrial estratégico. En particular, Estados Unidos con sus iniciativas lanzadas recientemente, pero también China, India y el G20.

Europa y los responsables políticos de la UE deben dar una nueva mirada a la bioeconomía y a cómo puede permitir la circularidad, la mitigación del cambio climático y la eficiencia de los recursos, e impulsar la reindustrialización en los próximos años.

El Informe de tendencias es el resultado de cuatro talleres organizados por BIC con partes interesadas de la bioeconomía de la UE en 2023, que incluyeron representantes de la institución europea, ONG, grupos de expertos y empresas del sector privado.

Ilustrado con estudios de casos reales del sector privado, el Informe de tendencias proporciona conclusiones clave de los talleres y recomendaciones de políticas para desbloquear el potencial de innovación de la bioeconomía circular de Europa.

“La bioeconomía es parte de la solución hacia una transición verde. Suministra productos de base biológica que se obtienen, fabrican, utilizan y reciclan en gran medida en Europa. Una de las cosas que la UE puede hacer para impactar positivamente en gran medida la bioeconomía y acelerarla es establecer un marco regulatorio que reduzca nuestra dependencia del carbono fósil virgen. No sólo para los combustibles, sino también para el carbono fósil que se utiliza como material en los productos que fabricamos y utilizamos en Europa”, afirmó el presidente de BIC, Rob Beekers.

Según el director ejecutivo de BIC, Dirk Carrez, “lo que distingue a la industria de base biológica es la forma en que adopta un enfoque sistemático, creando así nuevos ecosistemas industriales. Desde el inicio de un proyecto hasta el final, los socios de toda la cadena biológica trabajan juntos para diseñar e implementar proyectos de manera sistemática. Y al hacerlo, abordan los impactos económicos, sociales y ambientales, desde el abastecimiento hasta la producción y desde el procesamiento hasta la entrega a los usuarios finales”.

El Consorcio de Bioindustrias (BIC) es una organización sin fines de lucro creada en Bruselas en 2013 para representar al sector privado en una Asociación Público-Privada (APP) con la Comisión Europea, centrada en fortalecer el sector de las bioindustrias en Europa. Estas asociaciones, anteriormente la Empresa Común para una Europa de Base Biológica (BBI JU) y ahora la Empresa Común para una Europa de Base Biológica Circular (CBE JU), tienen un presupuesto total de 5.700 millones de euros.

Los más de 250 miembros de la industria de BIC incluyen empresas que cubren toda la cadena de valor, desde la producción primaria hasta el mercado, e incluyen una amplia gama de sectores como agricultura y agroalimentación; acuicultura y marina; productos químicos y materiales; silvicultura, celulosa y papel; proveedores de tecnología y gestión y tratamiento de residuos. Los más de 200 miembros asociados de BIC son entidades no comerciales de toda Europa, como universidades e instituciones de investigación.