La UE está tomando nuevas medidas destinadas a reducir el riesgo de escasez de agua para el riego de los cultivos. El Consejo adoptó ayer mediante procedimiento escrito un Reglamento que facilitará la utilización de aguas residuales urbanas (agua regenerada) para el riego agrícola.
Estas normas ayudarán a Europa a adaptarse a las consecuencias del cambio climático. El Reglamento, del todo acorde con el concepto de la economía circular, mejorará la disponibilidad de agua y fomentará su utilización eficiente. Garantizar que haya suficiente agua disponible para el riego agrícola, en particular durante las olas de calor y las sequías más intensas, puede ayudar a evitar la pérdida de cosechas y la escasez de alimentos.
Habida cuenta de la disparidad de condiciones geográficas y climáticas entre Estados miembros, cada Estado miembro podrá decidir si procede o no el empleo de agua regenerada para el riego agrícola en todo o parte de su territorio.
La decisión de ayer implica que el Consejo ha adoptado su posición en primera lectura. Ahora el Reglamento debe ser aprobado por el Parlamento Europeo en segunda lectura, antes de que pueda publicarse en el Diario Oficial.