APAG Extremadura Asaja ha denunciado los daños que los pájaros (estorninos negros, gorriones, abejarucos...) están causando a diferentes explotaciones y cosechas en la región. En concreto, se han detectado estos daños en cereales, en frutales y ahora están siendo víctimas de las aves las higueras, los viñedos o los girasoles, además de las colmenas, que están sufriendo un castigo todavía mayor.
Para la organización agraria, es necesario que la administración tome cartas en el asunto y dé autorizaciones para poder alejar a estos pájaros de las cosechas, controlando los daños con medidas disuasorias como el uso de armas de fuego que mantengan a las aves fuera de las explotaciones, "porque si no las están arrasando".
En este sentido, el presidente de APAG Extremadura Asaja, Juan Metidieri, ha señalado que se ha trasladado esta situación a la consejería de Transición Ecológica, pero todavía "no hemos tenido respuesta" por lo que se ha solicitado "celeridad" por parte de la administración. Y es que, los particulares están realizando peticiones que autoricen esos controles de daños, pero desde la consejería no se está resolviendo, lo que supone un perjuicio para los agricultores y apicultores de la región.
Parece, ha señalado Metidieri, que para la consejería "son más importantes los pájaros que las personas que viven en las zonas rurales" por lo que si seguimos a este ritmo tendremos una Extremadura en la que la especie más amenazada de extinción serán las personas.
Abejas
Mención aparte merece la situación de las colmenas en la región, puesto que se están registrando "graves problemas" con los ataques de los abejarucos, lo que está suponiendo una merma en la población apícola que, a su vez, puede suponer un importante perjuicio para el equilibrio medioambiental.
En definitiva, desde APAG Extremadura Asaja se ha pedido a la consejería de Transición Ecológica que agilice los permisos para el control de las aves en los distintos lugares en los que se está produciendo una afección por culpa de estos, ya sean cultivos o colmenas. No puede ser que se proteja más a los animales que a las personas, se ha concluido.