Corteva Agriscience, compañía líder en el sector agrícola en tecnología aplicada a semillas, protección de cultivos y agricultura digital, ha publicado la segunda edición del Índice Global de Seguridad Alimentaria 2019 (GFSI por sus siglas en inglés), que analiza la situación de los sistemas alimentarios de 113 países. Desarrollado por la Unidad de Inteligencia de The Economist y respaldado por Corteva Agriscience, el informe de este año destaca la amenaza potencial que la crisis medioambiental supone para la seguridad alimentaria y cómo las inversiones y los avances en innovación alimentaria pueden ayudar a mitigar este riesgo.
Un estudio que pretende ser un marco común para comparar la seguridad alimentaria de los países de todo el mundo, a través de una herramienta de medición de seguridad alimentaria que se centra en el análisis de tres indicadores: accesibilidad, disponibilidad y calidad y seguridad de los alimentos.
Por segundo año consecutivo, España se ha mantenido en los primeros puestos, concretamente en el 12 de los 113 países analizados, como país referente en la categoría de “calidad y seguridad alimentaria”, a pesar de la incorporación de nuevos parámetros clave este año, como el coste de los alimentos, la infraestructura agrícola y los estándares en materia de nutrición. Mientras que en el ranking global nuestro país ocupa el puesto 25.
Además, España ha aumentado en medio punto su puntuación global con respecto a 2018, obteniendo más de 80 puntos sobre 100 en dos de los tres indicadores del índice: calidad y seguridad alimentaria y accesibilidad a los alimentos.
Manuel Melgarejo, presidente para España y Portugal de Corteva Agriscience, ha resaltado el papel de todos los agentes de la industria alimentaria para contribuir a la seguridad alimentaria: “El Índice Global de Seguridad Alimentaria pone de manifiesto que todos los agentes desempeñan un papel clave en la cadena de valor de los alimentos, desde los organismos públicos y los líderes de la industria hasta los agricultores, minoristas y los propios consumidores”. “En España nos encontramos en el momento de mayor seguridad alimentaria ya que tenemos uno de los sistemas normativos más exigentes del mundo”, añadió Melgarejo.
Crisis climática mundial: el impacto de los recursos naturales y resiliencia
Debido al creciente impacto de la crisis climática mundial y al agotamiento de los recursos naturales, el GFSI también incluye “recursos naturales y resiliencia” como una categoría de datos independiente de los otros tres aspectos de seguridad alimentaria establecidos. Al contabilizar este factor en el análisis, todos los países han descendido en su puntuación global, lo que resalta la vulnerabilidad de los sistemas alimentarios mundiales frente a amenazas como las sequías, las inundaciones y el aumento del nivel del mar.
En lo referente a este pilar, el Índice arroja datos muy positivos de España, que destaca por su capacidad de adaptación respecto al sistema nacional de gestión de riesgos agrícolas, donde alcanza los 100 puntos. También destaca por su indicador referido a la tierra en relación a cómo nuestro país aborda el problema de la degradación del suelo, donde el parámetro obtiene una puntuación superior a 80.
Disponibilidad limitada de nutrientes
El GFSI 2019 también revela que, para un número reseñable de países, las vitaminas y los minerales esenciales no están disponibles. En este sentido, más del 30% de los países reconoció no disponer de suficientes cantidades de vitamina A, que es básica para garantizar una visión normal, un sistema inmunitario sano y un correcto funcionamiento de los órganos. Así mismo, aproximadamente un cuarto de los países estudiados no dispone de suficientes cantidades de zinc, un nutriente esencial para mantener un sistema inmunitario sano y un metabolismo funcional.
La desnutrición es un reto a nivel mundial, a pesar de la abundancia de alimentos disponibles
El GFSI 2019 revela que casi todos los países del estudio (88%) cuentan con la capacidad de abastecimiento de alimentos suficiente para su población. Sin embargo, según el informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sobre la situación de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo, más de 820 millones de personas en el mundo pasan hambre. Se trata de un problema que no solo afecta a unos pocos países, sino que se da en muchos países de todo el mundo, y es que más de un tercio de los países del GFSI revelan que más del 10% de su población está desnutrida.
El GFSI 2019 también muestra un aumento en los precios de los alimentos en todo el mundo, con el mayor aumento registrado en Venezuela y Siria, lo que pone de relieve la necesidad de centrar los esfuerzos en hacer más accesibles los alimentos para la población con ingresos más bajos.