Cajamar presenta el informe de la campaña hortofrutícola 2017/2018 en Almería

El pasado jueves, Cajamar presentó, en su sede cultural, el informe sobre los resultados de la campaña hortofrutícola de Almería 2017-2018. Un acto que encabezó el presidente de la entidad, Eduardo Barrera, quien recordó la figura del recientemente desaparecido fundador de Cajamar e impulsor de dicho informe, Juan del Águila, “al que le debemos nuestra misión: ser un instrumento útil para el sector hortofrutícola. Por eso, sin duda, el sector hortofrutícola no sería lo que es si no hubiese sido por Don Juan del Águila, con su compromiso, confianza, tenacidad y su decidida aportación a la incorporación del conocimiento como parámetro fundamental para el desarrollo del sector”, figura por la que los asistentes guardaron un minuto de silencio.

Seguidamente, David Uclés, perteneciente al Departamento de innovación Agroalimentaria de Cajamar, expuso los datos extraídos del análisis de la campaña 2017/2018. Una campaña que, de acuerdo con el informe, se ha visto marcada por temperaturas más frías y unas precipitaciones ligeramente por encima de las de la campaña anterior, en la que se ha aumentado un 2% la superficie invernada, llegando a las 31.034 hectáreas, y en la que también se han visto reducidos los cultivos de judía verde (-50%), la lechuga (-17,8%) y el melón (-24,7%), lo cual contrasta con un incremento del cultivo de sandía (+29,2%). Asimismo, se ha producido una pequeña disminución de la producción, pese al aumento de la superficie, obteniendo una producción total de 3.256.000 toneladas, lo cual indica que se ha producido un ligero empeoramiento de los rendimientos de producción.

En lo que a precios de las hortalizas respecta, la oferta de la campaña ha sido más homogénea que en la campaña anterior, por lo que, a excepción del caso de la lechuga y el melón, los precios han sido más bajos. Por otro lado, Uclés destacó que por primera vez en las últimas campañas, los costes de producción se han incrementado en un 1,2%, lo cual se corresponde con la subida del coste de las materias primas, ciertas situaciones del mercado y el encarecimiento por ajustes de precios del control biológico.

Una campaña que también se ha caracterizado por el aumento de las exportaciones, que ya superan el 80% de la producción, comercializado “casi exclusivamente” (98%) en la UE, aunque en términos monetarios, estas exportaciones se han reducido un 5,3% en las principales producciones. No obstante, David Uclés resaltó el crecimiento de las exportaciones extracomunitarias, cuyos principales destinos son EEUU, Noruega y países incluídos a la UE a partir de los años noventa, que se han considerado aparte, como Polonia, que ha desbancado a Italia como uno de los principales países compradores de los productos hortofrutícolas almerienses. Del mismo modo, subrayó que, “la cantidad producida, el precio promedio y el valor de mercado de la campaña 2017/2018 están por encima de la media de las cinco campañas anteriores”, con una tendencia al alza en el precio por kilo y un aumento de producción marcado por el aumento de superficie cultivada, no por el incremento de los rendimientos.

Por su parte, Mª Carmen Galera, gerente de Tecnova, ofreció la visión de la evolución de la industria auxiliar de la agricultura en Almería, donde en 2013, un 41% de las empresas encuestadas para el estudio eran micropymes (menos de 10 trabajadores), algo que contrasta con el 31,9% en 2017, con el consiguiente aumento de las pymes, de 50 a 249 trabajadores. Además, según Galera, “se trata de un sector que ha tendido en los últimos 10 años a contratar personal universitario, pasando del 35% de los contratos en 2007, al 50% en 2017, con contratos a químicos, ingenieros agrónomos, industriales, mecánicos, electromecánicos, matemáticos o informáticos…”, incrementando de un 13 a un 15% el empleo cada dos años, aunque subrayó la dificultad del sector para hallar personal especializado. Una evolución similar sufrió la facturación, según indicaba Galera, con una facturación que se situaba en 850 millones de euros en 2013, y que llegó a los 1166 millones de euros en 2017, con el subsector de la biotecnología a la cabeza, seguido de los envases y embalajes, la nutrición vegetal y los plásticos. Asimismo, el 58,7% de las empresas de la industria auxiliar almeriense objeto del estudio reconocieron ser exportadoras, de cuya facturación, el 32% corresponde a las exportaciones a países de Europa (de las cuales, tan solo el 6% son intracomunitarias), Marruecos, México, Argelia, Egipto, o China. Un hecho sobre el que la gerente de Tecnova quiso hacer hincapié porque “la facturación de las empresas que no exportan se mantiene, en cambio, crece la de las que sí exportan”. Un compendio de datos del que Galera quiso concluir analizando que la industria auxiliar de la agricultura almeriense “es un sector en crecimiento en facturación, empleo y exportaciones, consolidado y con un reconocido prestigio a nivel internacional, que está demandando gran cantidad de personal cualificado; un sector innovador con nuevos desarrollos de forma continua, y por tanto, en constante crecimiento; un sector optimista que está sensibilizado con un modelo a largo plazo y consciente de que hay que trabajar en mejorar la productividad y la competitividad”.

Las conclusiones del informe sobre la campaña 2017/2018 corrieron al cargo de Roberto García Torrente, director de innovación Agroalimentaria de Cajamar, quien destacó que el sector hortofrutícola almeriense “es un sector que ha cambiado rápidamente en relativamente pocos años”, con una tendencia en la última campaña a la estabilización de los precios y que, en líneas generales “ha sido buena, lo que da una visión positiva hacia el futuro”, dado el incremento de la superficie invernada, la evolución de las exportaciones, la concentración del sector, dado que cinco empresas aglutinan el 40% de la producción hortofrutícola de la provincia, “lo cual supone un potencial para incorporar proyectos y servicios que cada vez nos hagan más imprescindibles; y el hecho de que nos soliciten que suministremos durante todo el año, que no dejemos de suministrar en verano”: García Torrente subrayó que entre julio y agosto de 2009 las exportaciones hortofrutícolas almerienses fueron de 69.000 toneladas, y en cambio, en 2018, han sido de 235.000 toneladas, dato que denota, según el director de Innovación agroalimentaria de Cajamar, que “cada vez somos más necesarios para nuestros clientes”.

Entre sus conclusiones, García Torrente también señaló los retos de futuro del sector, como son la problemática del agua y el desarrollo de soluciones que permitan la optimización de su uso, la competencia internacional, las exportaciones fuera de la UE, la sostenibilidad, con la revalorización de los residuos y la incertidumbre sobre el futuro del plástico como principales preocupaciones; y el uso de la inteligencia artificial y la agricultura de precisión para “medir por qué a unos agricultores les va bien y a otros no”, lo cual asegure el modelo de agricultura familiar que ha caracterizado al sector almeriense.

A modo de cierre del acto, el director de Innovación Agroalimentaria de Cajamar quiso recordar anécdotas y vivencias del fundador de la entidad sobre la historia del desarrollo del sector hortofrutícola almeriense; una historia que ha ido de la mano con la evolución de la entidad, cuya misión continúa como legado de su fundador.

Redacción Infoagro: Lydia Medero