El Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF) ha comunicado que las autoridades de Francia han detectado la presencia de aflatoxinas en higos secos procedentes de China.
Los análisis realizados a la llegada a la aduana francesa de dicha mercancía revelaron que existía una concentración de 16,6 µg/kg de estas toxinas producidas por hongos, algo que excede el límite establecido por la Comisión Europea, que se encuentra en una horquilla entre los 4 y los 10 µg/kg en función del tipo de alimento infectado.
Tras dichos análisis, los productos contaminados fueron destruidos, por lo que no llegaron en ningún momento al mercado.
Las aflatoxinas pueden afectar a cereales, semillas, nueces de árboles y frutos deshidratados por ser almacenados en lugares con altas temperaturas y humedad, condiciones idóneas para la proliferación de hongos. Son inodoras, insípidas e incoloras y resistentes a la degradación bajo procedimientos de cocción normales, por lo que es difícil eliminarlas una vez que se producen. Pueden provocar la muerte de cualquier ser vivo que consuma un alimento infectado.