Desde la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (AEPLA), y en línea con la European Crop Protection Association (ECPA), consideramos que la propuesta planteada hoy en Bruselas sobre un nuevo reglamento que incluya una suspensión de dos años de los tratamientos de semillas con neonicotinoides en la Unión Europea (y que se votará a finales de febrero previsiblemente) no es proporcionada ni está basada en todos los datos científicos disponibles. El propio informe de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) en que se está basando esta discusión admite un alto nivel de incertidumbre en la evaluación de estos productos.
La EFSA utiliza, en su informe, una metodología que todavía está en discusión, que carece de datos clave y que no contempla las medidas de disminución de riesgos que la industria ya aplica desde hace tiempo y que sirven para la protección de las abejas, ni los datos de los controles en cada país que muestran la convivencia de los cultivos con semillas tratadas y colonias de abejas sanas.
La salud de las abejas es también una preocupación primordial para la industria de semillas y de tratamiento de semillas, tal y como sus empresas han venido demostrando a través de programas de protección de las abejas en cultivos que son atractivos para ellas. La propia tecnología puesta ahora en duda aporta el beneficio excepcional a la agricultura protegiendo a los cultivos con un mínimo impacto ambiental, al usar muy poca cantidad de producto y aplicarlo únicamente a la semilla.
Es el momento de centrarse en las verdaderas amenazas para la salud de las abejas y causas reales que están originando esta situación, exijamos estudios que nos permitan conocer a fondo la naturaleza del problema y trabajemos entre todos para aportar soluciones eficaces.
La comunidad científica de todo el mundo está de acuerdo en que el problema de las abejas se debe a una multitud de factores entre los que destacan los parásitos cono la Varroa o las enfermedades como la Nosema, pero también la disminución de fuentes de alimentación y nidificación, las situaciones de sequía asociadas al cambio climático, la contaminación, el mal uso de los productos fitosanitarios tanto en la agricultura como en apicultura y otros.
Una decisión apresurada en la prohibición o suspensión cautelar de los neonicotinoides, sin tener en cuenta toda la información disponible, conllevaría importantes perjuicios económicos en la agricultura de toda Europa y en particular la española, tal y como señala un reciente estudio llevado a cabo por el Humboldt Forum for Food and Agriculture. Este estudio señala que, en España, si se prohibieran los neonicotinoides, se verían afectados cerca de 60.000 puestos de trabajo. Estos tratamientos aportan a la economía española 127 millones de euros por año y una pérdida de esta técnica supondría una reducción importantísima de los rendimientos de cultivos como el maíz, la colza, el girasol y la remolacha.
En el ámbito europeo, se estima en 17.000 millones de euros el coste a la economía de la Unión Europea a lo largo de los próximos cinco años. A cambio, poco podría avanzarse en la mejora de la salud de las colonias de abejas con problemas urgentes que resolver como el control de sus y enfermedades además de las pérdidas de zonas donde encuentran alimento.
Por todo ello AEPLA considera la propuesta de suspensión desproporcionada e instamos a las autoridades europeas y nacionales a considerar las medidas de mitigación de riesgos, en las que la industria colabora y colaborará y a implementar un seguimiento exhaustivo de la seguridad de los productos antes de tomar una decisión al respecto.