La consejera de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Elena Víboras, ha visitado hoy el centro La Mojonera del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de Andalucía (Ifapa), donde ha puesto en valor la labor que realizan los expertos que forman su plantilla y ha calificado la innovación y la transferencia tecnológica que estos expertos llevan a cabo como “instrumentos de gran utilidad para impulsar el crecimiento del sector hortofrutícola”.
Víboras ha destacado la tecnificación de esta actividad en la provincia de Almería, donde es preciso “un enfoque integral de los sistemas productivos” encaminado a “aumentar la productividad garantizando la conservación de los recursos naturales y mejorar la generación de riqueza por parte de los productores” a través de una mejor transformación y estrictos controles que garanticen la seguridad alimentaria.
Los técnicos del centro Ifapa La Mojonera trabaja actualmente en ocho convenios con empresas y 16 proyectos de investigación centrados en diversos ámbitos de estudio como la mejora genética vegetal, biotecnología, postcosecha y protección vegetal en calabacín; la optimización de técnicas productivas en invernadero y la protección de cultivos, fundamentalmente, a través de lucha integrada y biológica; la preservación de los recursos naturales y del medio ambiente; o los regadíos, entre otros temas.
La consejera ha hecho hincapié en las ventajas derivadas del trabajo conjunto del Ifapa y las empresas y asociaciones del sector para la solución de problemas del campo y el mar andaluz, respondiendo así “con agilidad” a sus demandas científicas, tecnológicas y formativas “a través de una gestión eficiente de los recursos humanos, materiales y de los conocimientos”.
El centro Ifapa La Mojonera da apoyo de I+D+i y formación a la horticultura bajo abrigo y comprende una plantilla de alrededor de 100 personas. En lo que respecta a sus instalaciones, cuenta con dos fincas que suman cerca de 20 hectáreas entre las que se encuentran 42 invernaderos experimentales y superficie dedicada al cultivo de frutales; cinco edificios ubicados en los términos municipales de La mojonera y La Cañada, 13 laboratorios y otras dependencias como aulas o una biblioteca.
En total, este instituto adscrito a la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, cuenta actualmente con 18 centros distribuidos por toda la geografía andaluza, más de 1.300 hectáreas de fincas experimentales e instalaciones agroindustriales, ganaderas y acuícolas. El equipo del Ifapa asciende a 960 personas entre las que se encuentran 408 investigadores y técnicos, 105 especialistas en desarrollo agrario y pesqueros y otros 217 técnicos de diferentes ámbitos. A la actividad investigadora del centro se suma también una vertiente formativa con más de 1.000 cursos anuales dirigidos a los profesionales del sector.
Empresas hortofrutícolas
Con anterioridad, Elena Víboras ha visitado las instalaciones de Murgiverde, cuya principal actividad es la manipulación, comercialización y exportación de frutas y hortalizas destinando el 90% de su producción a la venta en el extranjero.
Durante el recorrido por las dependencias que posee esta empresa en el término municipal de La Mojonera, la consejera ha aplaudido la apuesta de los socios de esta cooperativa de segundo grado por la unidad, ya que “el asociacionismo de los productores se muestra como una de las vías más efectivas para aumentar su peso en la cadena de comercialización”, en especial, para hacer frente a las negociaciones con la gran distribución “con más fuerza”. En este ámbito, la integración en 2009 de las cooperativas Geosur y Campovícar en la actual Murgiverde (formada a partir de la fusión de Agromurgi y Ejido Verde en 2005), ha contado con el respaldo económico de la Junta de Andalucía a través de la concesión de ayudas por valor de 200.000 euros para este fin.
Por otro lado, Víboras se ha desplazado también hasta las instalaciones de Agrobío, líder nacional en la producción y comercialización de insectos auxiliares para la agricultura, entre los que se encuentran abejorros utilizados para la polinización en hortícolas protegidos y frutales así como otros empleados para el control biológico de los cultivos.
La consejera ha valorado la apuesta de los almerienses por técnicas de lucha contra las plagas “más respetuosas con el medio ambiente”, ascendiendo actualmente la superficie de cultivo hortofrutícola de Almería con control biológico a 26.700 hectáreas. Víboras ha recalcado la gran inversión realizada tanto por el sector privado como por las administraciones públicas en estas técnicas, un desembolso que supera los 120 millones de euros desde 2007 y de los que casi 53 millones de euros se corresponden con fondos de la Junta de Andalucía y el Gobierno central.
La Consejería se ha implicado directamente en los últimos años en el desarrollo de estos métodos a través de diversas actuaciones como el convenio suscrito con Agrobío para controlar la polilla del tomate (Tuta absoluta) o la gestión de líneas de ayudas que inciden en la implantación de estas prácticas. Éste es el caso, por ejemplo, de las subvenciones dirigidas al fomento de las Agrupaciones para la Producción Integrada en Agricultura, que incluyen ayudas al servicio técnico, análisis agronómicos y controles a cargo de las entidades de certificación autorizadas; y de las ayudas del Programa Nacional de Control de Insectos Vectores de Virus que tiene entre sus objetivos potenciar los insectos auxiliares autóctonos.