Este año la cosecha se ha caracterizado por la irregularidad en la recolección, si bien, en cuanto a rendimientos y calidades el resultado es muy bueno.
Se inició la cosecha a principios de julio, si bien, la mala meteorología ha retrasado su finalización hasta esta tercera semana de agosto. La primera parte de la cosecha se dieron unos pesos y humedades excelentes. La segunda parte, consecuencia de la adversa climatología se ha recogido con mucha humedad, del orden del 14%, lo que provoca un esfuerzo adicional en su almacenamiento y peor calidad.
A diferencia del año pasado, los mayores rendimientos se han dado en la zona de Valles Alaveses. Podemos hablar de una media en Alava de 5.500 kg/ha. en cebada y 6.000 en trigo. En base a ello, ciframos la producción Alavesa en alrededor de 144.000 tn. de trigo, 75.000 de cebada y 25.000 de avena. Destacar que la cebada maltera ha sido de excelente calidad, con una proteína muy baja. Por el contrario, la avena ha sufrido los efectos del pedrisco del mes de julio, siendo determinadas zonas de la Llanada Alavesa especialmente perjudicadas.
Con respecto a los precios del cereal en el mercado, continúan muy altos, rondando los 200 €/tn., especialmente en la zona norte peninsular. Esta situación está provocando una fuerte importación de trigo por el Mediterráneo proveniente del Mar Negro y a unos precios muy competitivos. Los mayores consumidores de cereal en el Estado se sitúan en Cataluña.
Por otro lado, la campaña de leguminosas, principalmente habas, ha sido normal y es un cultivo en expansión, aunque su producción es muy pequeña y con rendimientos muy variables.
Por el contrario, la colza ha tenido un buen rendimiento, con 5.000 kg/ha. y un excelente precio, rondando los 400 €/ha.
Esta fuerte situación de mercado de los cereales y alimentación animal provoca cierta desazón en el sector ganadero y la imposibilidad de repercutir los costes en la leche o la carne.