ESPAÑA 24/06/2011


Con las Buenas Prácticas intentamos hacer una guía que realmente sea practicable
“La ley de conservación de suelos del Uruguay no es nueva; data de 1981, aunque se reglamentó en los años 90. Sin embargo, a partir del 2005 hubo una voluntad política de hacerla cumplir”, explicó Mariana Hill Lavista, Directora General de Recursos Naturales Renovables del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca del Uruguay.
Un objetivo gubernamental es avanzar hacia la planificación del suelo. “En Uruguay, muchas veces se aplica el mismo manejo y la misma rotación en todo el país, asumiendo una misma capacidad de uso”, explicó la disertante. Identificar la capacidad del suelo para luego proponer un plan de uso, pasa a ser un tema clave. “No pretendemos que el Ministerio apruebe los planes, eso sería una locura, pero al menos habrá un ingeniero agrónomo que brinde garantías profesionales sobre cada plan”, dijo. Recientemente, se incorporó al dueño de la tierra como persona solidaria junto al productor, desde el punto de vista legal, en lo concerniente a estas cuestiones.
La preservación del suelo pasa a ser crítica. La economía uruguaya está atravesando cambios estructurales muy fuertes. “Uruguay es chico en superficie, y además tenemos tres millones de habitantes, con lo cual, sin una apertura externa, en la que venimos trabajando intensamente, no tenemos demasiadas oportunidades de crecer”.
Esa apertura llevó a una intensificación de la agricultura, que derivó en un uso intensivo de los recursos naturales. “El crecimiento es bueno, pero hay que ver que las oportunidades no se transformen en amenazas”, manifestó Hill Lavista.
“Hemos tenido un aumento importante de la inversión extranjera directa. La inversión argentina, de hecho, fue notable. Esto también fue parte de una estrategia política oficial. Queríamos posicionarnos en el mundo, para lo cual necesitábamos abrirnos a la inversión directa”, manifestó.
Algunos objetivos que forman parte de la estrategia oficial son:
. Profundizar el desarrollo agroexportador.
. Incluir a sectores de agricultura familiar. Se está trabajando activamente al respecto. Se trata de generar las herramientas necesarias para que la producción familiar se pueda sumar a las cadenas agroexportadoras.
. Mantener políticas claras para el uso sustentable de los recursos naturales. “Desde el Ministerio intentamos promover Buenas Prácticas a través de normas técnicas que se difunden y dan a conocer, pero además se fiscalizan. El rol del Estado es fundamental en la fiscalización del cumplimiento”, expresó la funcionaria uruguaya.
La experiencia chilena
Cuando Chile reafirmó su voluntad de competir en los mercados mundiales de alimentos, tuvo que afrontar con realismo que, como dice un dicho local, “hay que bailar la cueca del que la toca”. La adaptación a las exigencias de los compradores no fue fácil, explicó Mónica Galleguillos, Gerente General de GCL Capacita S.A., empresa de la Fundación Chile. De 18.000 productores certificados en el año 2004, se pasó a más de 100.000 en el 2010.
Los principales compradores, en el caso de Chile, son las grandes cadenas de supermercados a nivel mundial. “Ellos fueron quienes le pusieron la música a este baile de las Buenas Prácticas”, expresó la oradora. “Eso nos costó sangre, sudor y lágrimas. En poco tiempo tuvimos que adaptarnos. En plazos record, nuestros campos lograron implementar las Buenas Prácticas y certificarse”.
Galleguillos sostuvo que la distinción entre prácticas “negociables” y “no negociables” es relativa. “Cuando las cadenas de supermercados nos dicen que a partir de tal fecha sólo comprarán los productos que tengan tal o cual certificación, no hay mucho margen de opción”.
La Gerente General de GCL Capacita señaló que la implementación de Buenas Prácticas responde a distintas motivaciones:
-Comerciales. Son las que impone la industria alimenticia, y las que exigen los compradores. El mundo requerirá cada vez más alimentos, pero para satisfacer esa demanda habrá que responder a una serie de exigencias.
-Cuestiones de inocuidad. “Como sector industrial, no podemos llevar al mercado productos factibles de ocasionar problemas de salud a los consumidores”, comentó la disertante. Y mencionó el caso de la escherichia coli en Alemania, donde hubo varios muertos. “Los primeros acusados fueron los productores de pepinos en España, lo que ocasionó grandes pérdidas a ese país, por más que posteriormente se puedo comprobar que el problema consistió en la aparición de una nueva cepa hasta entonces desconocida”.
-Competitividad. La necesidad de ser competitivos es un fuerte impulso para la adopción de las Buenas Prácticas.
En Chile, señaló Galleguillos, se creó una Comisión Nacional de Buenas Prácticas, que nuclea a los principales actores del gobierno y el sector industrial. “Es importante que los sectores productivos estén representados a todos los niveles”, dijo. “ Los grandes se cuidan solos; hay que cuidar a los más pequeños”.