ESPAÑA 01/06/2011


La ministra de Agricultura belga, Sabine Larelle defiende a España. No estamos solos¡¡
La paralización de pedidos desde países centroeuropeos como Alemania, Austria o Bélgica, así como de Reino Unido y Rusia, causa perdidas a los agricultores españoles de hasta 200 millones de euros semanales, según el cálculo de la Federación de Productores y Exportadores de Frutas y Hortalizas (Fepex). Además, los transportistas cifran en 15 millones de euros las pérdidas ocasionadas al sector. Con esos números sobre la mesa, España ha decidido presentar ante la Comisión Europea peticiones de indemnización, y la UE ha decidido estudiar cómo concretarlas. En cualquier caso, el sector hortofrutícola considera que «el daño ya está hecho», por lo que exigirá responsabilidades y compensaciones. Productores y exportadores han pedido al Gobierno español que actúe con todas las posibilidades legales y jurídicas a su alcance para exigir compensaciones, y el Ministerio de Agricultura ha confirmado que así lo hará.
El comisario europeo de Agricultura, Dacian Ciolos, avanzó ayer que Bruselas dispone de varios mecanismos para responder a la crisis. La CE analizará la posibilidad de aplicar un mecanismo que permite retirar del mercado una parte de la producción, cuyo coste se puede cubrir en buena medida con el presupuesto de las organizaciones de productores de cada país. Paralelamente, el comité de expertos de Salud Alimentaria de la UE decidirá si se justifica el bloqueo de varios países europeos a las hortalizas españolas. Los 27 barajan además una reunión extraordinaria en junio para afrontar el impacto de la crisis de los pepinos y analizar posibles respuestas. Un portavoz del Ejecutivo comunitario, Oliver Drewes, explicó que un país no puede cerrar sus puertas a mercancías de otro socio comunitario si no es «porque se justifica la cláusula de excepción del peligro para la salud pública».
La ministra de Agricultura belga, por su parte, mostró su solidaridad con su homóloga española y reclamó a Alemania que identifique sin más tardanza el verdadero origen del brote de bacteria intestinal ''E. Coli''.
«Se ha mirado hacia España sin pruebas», denunciaba ayer desde Debrecen (Hungría) la ministra de Agricultura española, Rosa Aguilar, quien dejó claro que está «insatisfecha» con la gestión de la crisis por parte de Alemania.
En cualquier caso, el Gobierno y el sector hortofrutícola unirán esfuerzos para reclamar compensaciones para los productores después de demostrarse la inocuidad de los pepinos españoles, así como acciones que permitan recuperar cuanto antes la normalidad en la comercialización tras el miedo desatado en los mercados. Para el director general de la patronal de productores exportadores Fepex, José María Pozancos, se trata de una situación sin precedentes en la historia del sector hortofrutícola de España, ya que «nunca unas declaraciones han provocado unas pérdidas tan ingentes tanto de imagen como de mercado». La psicosis se había extendido desde el inicio de la crisis hasta ayer mismo a todas las frutas y hortalizas de origen español en los mercados europeos, lo que ponía en peligro a 70.000 empleos, advertían las Cooperativas Agro-alimentarias.
Sobre el número de muertos directamente relacionadas con el brote hay ciertas diferencias, ya que las autoridades alemanas los cifran en 15 y en 1.200 afectados, mientras que la CE se limita a confirmar tres fallecidos, además de otra muerte en Suecia. Bruselas confirma 347 infectados en Alemania, 30 en Suecia, 13 en Dinamarca, 6 en Francia, 7 en Holanda, 1 en Suiza y 6 en Estados Unidos. A estos hay que sumar los dos casos de españoles que habían viajado a Alemania los últimos días.
«Objetivamente se puede concluir que todas las personas contaminadas tienen en común haber estado en Alemania», sentenció la ministra Aguilar.