El uso de organismos genéticamente modificados (OGM) en la agricultura peruana ha sido un tema de discusión por años. Y no es difícil identificar que varias de las partes que están por el momento discutiendo la conveniencia o los peligros de permitir su utilización dentro del país no siempre manejan información cierta. En la edición de mayo de Perú Económico hemos publicado un artículo en el que se repasan varios de esos mitos, entre los cuales figura el consabido “los transgénicos barrerán con nuestra biodiversidad” y el popular “los productos transgénicos son tóxicos para el consumo humano”.
El segundo es abordado por la FAO y la OMS en distintos documentos, como por ejemplo el 20 preguntas sobre los alimentos genéticamente modificados. La verdad es que se viene consumiendo alimentos transgénicos desde mediados de la década de los noventa y hasta ahora no se ha podido hallar ese supuesto efecto tóxico que podrían tener. Es más, el artículo publicado en Gestión en abril en el que se alertaba acerca del horror de que productos con componentes transgénicos ya se estén comercializando en el Perú incluía una lista elaborada por Aspec con una muestra de estos productos. Estoy seguro de que varios de nosotros hemos estado consumiendo alguno y no hemos sufrido ninguna de las consecuencias de las que supuestamente advierten.
La realidad es que éste es otro de esos temas en los que nos tenemos que ordenar. Con una correcta regulación y con un reglamento adecuado se eliminan esos riesgos que tanto preocupan. Por otro lado, necesitamos informarnos correctamente. Es muy fácil caer en prejuicios y en desinformación. Y como advierte la OMS, la principal razón por la cual estos temores persisten es porque las autoridades nacionales llamadas a explicar la realidad sobre estos temas no responden con campañas que lo hagan y que expongan los beneficios de los OGM.
Lo que no quita que haya un tema comercial millonario que efectivamente se deba observar. Sin embargo, esto no debería ser excusa para llegar a extremos. Después de todo, no debemos ser tan ingenuos como para pensar que aquí se acaba la historia. Los productos transgénicos contra los que tanto se oponen algunos grupos son apenas la primera ola de una tendencia. Se vienen otros productos genéticamente alterados en otros aspectos, que buscan darle a la agricultura aún más eficiencia. Después no nos espantemos cuando evaluaciones internacionales indiquen que el Perú está atrasado en innovación y tecnología, en ciencia e investigación.