Agricultores franceses y españoles han exigido que no se ratifique el acuerdo UE-Marruecos hasta que no se garantice un “férreo control” de las importaciones
COAG ha reclamado la puesta en marcha del certificado de importación para mejorar los controles aduaneros del tomate marroquí.
Agricultores españoles y franceses han exigido hoy a las autoridades de ambos países que no ratifiquen el nuevo acuerdo UE-Marruecos hasta que no se garantice un control exhaustivo de las importaciones. Así lo han expuesto durante la reunión del Grupo de contacto de tomate del Comité Mixto Hispano-Francés, celebrada esta mañana en París, en la que ha participado una delegación de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), encabezada por el responsable estatal de frutas y hortalizas, Andrés Góngora.
Durante el encuentro se ha hecho balance de la situación del mercado y se ha hecho patente una gran coincidencia en las dificultades que atraviesan los productores de tomate en ambos países por los problemas reiterados de precios en origen. También se ha analizado el estado de las negociaciones comerciales de la Unión Europea con terceros países, y en particular la situación del recién renovado acuerdo con Marruecos.
COAG ha mostrado su gran preocupación acerca del nuevo acuerdo comercial cerrado entre la UE y Marruecos, inquietud compartida por el resto de organizaciones de España y Francia. En este sentido, se ha hecho hincapié en la necesidad de implantar certificados de importación para las importaciones de tomate de Marruecos, y mejorar los controles aduaneros tanto en España como en Francia en cuanto a volúmenes y condiciones de entrada de todos los productos importados.
Góngora ha destacado que en el contexto de crisis económica actual, que ha afectado gravemente al sector agrario europeo y en particular a la renta de los productores hortofrutícolas, las nuevas concesiones comerciales a Marruecos, cerradas recientemente, aumentando o liberalizando completamente producciones tan sensibles como los cítricos, pimiento, berenjena, melón, sandía o judía, además del propio tomate, agravan más si cabe la dura situación económica de numerosas explotaciones agrarias españolas y europeas. La utilización como moneda de cambio en la apertura comercial UE-Marruecos de las producciones hortofrutícolas, en beneficio de otras actividades económicas, tiene consecuencias nefastas y compromete el futuro de los productores y el desarrollo de amplias zonas europeas.
El Grupo de contacto de tomate forma parte del Comité Mixto Hispano-francés y en él participan productores de Francia y España, así como representantes de las administraciones de ambos Estados. El Comité fue constituido en 1997 con el objeto de solucionar los problemas existentes entre los productores de ambos países y evitar periódicas situaciones de crisis.