Termina otro año marcado por una inseguridad alarmante en el campo valenciano. Los agricultores han acumulado en 2009 pérdidas superiores a los diez millones de euros en los más de 1.500 robos de instalaciones de riego y cosechas, según la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA). El incremento del precio del cobre y el repunte de las cotizaciones de los cítricos, dada la escasa producción en la presente campaña, han disparado los robos en los últimos meses. Las comarcas con mayor incidencia delictiva son La Safor, La Ribera, Camp de Morvedre y L’Horta.
“La inseguridad en el medio rural se ha convertido en una lacra social”, denuncia el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado: “Los agricultores se sienten impotentes ante tanta impunidad y muchos ya no denuncian como antes porque desconfían de la justicia y creen que sólo sirve para perder el tiempo”.
La organización agraria reitera que es necesario endurecer el Código Penal para que estos hurtos dejen de tener la consideración de faltas y sean catalogados como delitos. Además, exige a las administraciones que refuercen la vigilancia en las explotaciones y los centros de venta de mercancía robada (chatarrerías y almacenes) así como de consumo de fruta (mercados, bares y cafeterías).
En este sentido, AVA-ASAJA reclama a la Delegación del Gobierno que cumpla el acuerdo adoptado en la última Junta de Seguridad en el Ámbito Rural y establezca la obligatoriedad del uso de la Guía-conduce a nivel autonómico. Este documento, que se emplea en algunos ayuntamientos como Alzira y que ya se aplicó bajo mandato del entonces delegado Carlos González Cepeda (1996-2000), permite dar a conocer a las autoridades quién ha proporcionado la fruta a los intermediarios, la procedencia de la misma, así como proceder a su decomiso cuando no se pueda justificar su origen. Otra medida aprobada en dicha Junta y que no ha ejecutado todavía la Delegación es facilitar los trámites a través de los Consejos Agrarios para que las denuncias sean remitidas con rapidez a la Guardia Civil.
Los dos últimos robos de fruta denunciados a esta organización se han producido la semana pasada en Tavernes de la Valldigna y superan los 10.000 kg de cosecha.