Un equipo de científicos de la Georg-August-University (Alemania):
Ha introducido una mutación genética en el ADN de la mosca de la fruta que varía su sistema reproductivo y contribuye al control de las plagas que dañan las cosechas.
Los investigadores explican que han conseguido modificar el genoma de los machos de esta especie de forma que, una vez se hayan apareado con las hembras, los embriones resultantes mueren antes de nacer.
Ya existe un método que logra producir machos estériles, pero requiere del uso de radiación: una vez irradiados, los animales son liberados para que se unan al resto de sus compañeros.
Sin embargo, esos animales resultan menos competitivos que los salvajes a la hora de la competición para fecundar a las hembras, por lo que la reducción de la descendencia no es sustancial.
Con el método genético ideado por este equipo de investigadores, los machos resultantes son muy competitivos y engendran una descendencia no viable, lo que permite controlar las plagas.
Además, se eliminan los peligros de la radiación (que puede afectar al medio ambiente y a los trabajadores) y como el embrión muere, las cosechas no sufren los peligros del desarrollo de las larvas.