ESPAÑA 22/09/2008
El Director General de la FAO, Jacques Diouf, abordó en el Parlamento italiano la crisis provocada por el aumento de los precios de los alimentos y su impacto sobre la seguridad alimentaria mundial. Su intervención obedeció a una invitación de las Comisiones de Asuntos Exteriores y de Agricultura del Senado y de la Cámara de Diputados.
El índice de precios alimentarios de la FAO, explicó Diouf, registró entre 2005 y 2006 un aumento del 12 por ciento, del 24 por ciento en 2007 y de cerca del 50 por ciento entre enero y julio de 2008. Pese a las buenas previsiones de la producción mundial de cereales, los precios permanecerán elevados en los próximos años y los países pobres continuarán sufriendo los efectos de la crisis alimentaria.
“Antes de la subida de precios en 2007-08, las personas desnutridas eran 850 millones, pero tan solo en 2007 esta cifra ha aumentado en 75 millones”, añadió Diouf.
Iniciativa de la FAO sobre el alza de precios alimentarios
Diouf recordó que ya en julio de 2007, la FAO había propuesto la organización de una conferencia de alto nivel sobre la seguridad alimentaria, y que en diciembre del mismo año, intuyendo la gravedad y la inmediatez de la crisis, lanzó su Iniciativa relativa al aumento de los precios de los alimentos para incrementar la producción agrícola mundial.
Dentro de esta iniciativa, la organización de la ONU trabaja hoy para impulsar la producción de alimentos en unos 79 países, proporcionando semillas de calidad, fertilizantes, aperos y otros insumos agrícolas.
La Conferencia de alto nivel de junio
El responsable de la FAO ha valorado de forma positiva el resultado de la Conferencia de alto nivel sobre la seguridad alimentaria mundial que tuvo lugar en Roma el pasado junio, y que contó con la presencia de delegados de 181 países, de 43 Jefes de Estado y de Gobierno y 5 000 participantes, entre ellos más de 1 350 periodistas.
“En la declaración final -señaló Diouf- la agricultura y la seguridad alimentaria vuelven a ser una prioridad en el desarrollo mundial y regresan a la agenda política internacional, tras al menos tres décadas de descenso constante en las ayudas al sector, que pasaron de un 17 por ciento del total de la ayuda al desarrollo en 1980 al 3 por ciento en 2006.
Lo testimonia el hecho de que a pesar de que la conferencia no estuviese destinada a recoger fondos, muchos países e instituciones han anunciado ayudas por un total cercano a 11 000 millones de dólares EE.UU. Si se añaden las contribuciones prometidas antes y después de la conferencia, la cifra total se sitúa en unos 23 000 millones de dólares, aunque muchas de estas promesas tienen todavía que materializarse, recordó Diouf.
La respuesta del Gobierno italiano
El Director General de la FAO ha agradecido a Italia su compromiso en la lucha contra el hambre y la pobreza. De los 100 millones de euros anunciados en 2002, en ocasión de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación: cinco años después, el Gobierno italiano ya ha entregado 87 millones, y de ellos 14 millones al finalizar la conferencia.
El dinero se ha sumado a un Fondo fiduciario para la seguridad alimentaría de la FAO, y ha permitido financiar 28 proyectos nacionales en 41 países, además de proyectos regionales en 15 países de la Comunidad del Caribe (CARICOM) y en 15 países insulares del Pacífico.
“Gracias a este compromiso, Italia se ha convertido en 2008 en uno de los mayores donantes a los fondos fiduciarios de la FAO”, aseguró Diouf.
El G8 y la próxima presidencia italiana
La FAO tiene el compromiso de colaborar con el G8 y la comunidad internacional para llevar a cabo “una asociación mundial sobre la agricultura y la alimentación”, recordó Diouf. En referencia a la presidencia italiana del G8 el próximo año, la FAO ha establecido contactos preliminares con las autoridades italianas para crear una red mundial de expertos en alimentación y agricultura que analice las necesidades presentes y futuras.
“Nos encontramos frente a un desafío de grandes proporciones”, advirtió el Director General de la FAO. “Debemos obtener -añadió- 30 000 millones de dólares EE.UU. anuales para doblar la producción alimentaria mundial y nutrir a los 9 000 millones de habitantes que tendrá el planeta en 2050”.
Esta cifra es relativamente modesta si se compara con las ayudas que los países de la OCDE conceden a sus propios sectores agrícolas -376 000 millones de dólares en 2006- y con los gastos en armamento, que en el mismo año alcanzaron 1,2 billones de dólares.
“Ha llegado el momento de que la comunidad internacional se una para hacer frente a la crisis alimentaria mundial. Italia, que presidirá el año próximo el G8, tiene en este contexto una responsabilidad histórica”, concluyó Diouf.