- 14/07/2008
La FAO está terminando el reparto intensivo de semillas de mijo, sorgo, maíz, caupí y cacahuete entre 33 000 agricultores de Burkina Faso. La distribución ha tenido lugar durante un mes en las regiones más afectadas por una devastadora combinación del alza de precios de los alimentos y climatología adversa, que ha reducido enormemente el suministro local de alimentos.
Los precios en la región han estado aumentando de forma continua en los últimos dos años, reflejando las presiones externas de los mercados internacionales.
La FAO acaba de finalizar uno de los últimos repartos, de casi 20 toneladas de variedades de semillas mejoradas y de casi 30 toneladas de fertilizantes, en las aldeas aledañas a Gourcy, capital provincial de la árida región central septentrional. Las últimas entregas han cubierto una gran parte de las zonas central y oriental del país. En total, y para la actual temporada de siembra, se han repartido entre los agricultores empobrecidos de Burkina unas 600 toneladas de variedades de semillas mejoradas y 432 toneladas de fertilizantes.
“Las lluvias del año pasado comenzaron tarde, y cuando llegaron lo hicieron de forma torrencial. Los cultivos, las reservas de alimentos y de semillas quedaron destruidos, los medios de subsistencia de la población eliminados y los pastizales con los que alimentar a cualquier animal superviviente, devastados” afirmó Jean-Pierre Renson, Coordinador de Emergencias de la FAO en Burkina Faso y Representante en funciones de la FAO en el país.
“En estas circunstancias, en las 15 provincias en las que la FAO está distribuyendo semillas, se producirá menos del 10 por ciento de los alimentos necesarios para alimentar a la población. Esperamos aumentar esta cantidad ahora de forma considerable”, dijo Renson.
Además del suministro de semillas de los principales cereales básicos, se están distribuyendo semillas de hortalizas de calidad para que sean plantadas en la temporada seca, entre septiembre y octubre, y aprovechar aquellas zonas de cultivo con riego que todavía puedan ser productivas.
Medidas preventivas
La FAO también está formando a los productores locales en la multiplicación de semillas de calidad, para aumentar de forma continua la cantidad y calidad de las semillas disponibles e incrementar el rendimiento de los cultivos. En septiembre, según Renson, se espera que con una nueva estrategia, la FAO pueda intervenir cuando aparezcan los primeros indicios de hambre.
“En función de la financiación, la FAO podrá ayudar en septiembre a las mujeres y niños que vengan a recibir tratamiento a los centros regionales de nutrición”, comentó Renson. “La FAO –explicó– puede actuar de forma anticipada proporcionando a las mujeres paquetes de semillas que lleven al regresar a sus pueblos, de forma que aumente el suministro local de alimentos en los lugares en que hay necesidad”.
En Burkina Faso, el 23 por ciento de los niños sufren malnutrición aguda. Más del 80 por ciento de la población vive de la agricultura de subsistencia, y un 45 por ciento vive por debajo del umbral de la pobreza.
Un futuro basado en el arroz
“En teoría, Burkina Faso puede ser auto-suficiente produciendo la cantidad necesaria de cereales tradicionales para satisfacer sus necesidades alimentarias, aunque en los últimos años la climatología adversa ha resultado ruinosa”, dijo Benoist Veillerette, economista de la FAO.
Según este experto, la población urbana muestra una preferencia cada vez mayor por el arroz, que es barato y fácil de cocinar, aunque en conjunto no representa más del 15 por ciento del consumo de cereales.
“Sin embargo, ahora que los precios son tan elevados y cerca de dos tercios del arroz del país debe importarse, los agricultores tienen una oportunidad única para invertir en el cultivo de arroz y mejorar sus medios de subsistencia, en lugar de pasar apuros con la agricultura de subsistencia”, afirmó Veillerette.
Según los datos de la FAO, en la capital Uagadugú, a primeros de junio el arroz era un 87 por ciento más caro en comparación con el mismo periodo del año anterior.
La actual respuesta de la Organización de la ONU dentro de su “Iniciativa relativa al aumento del precio de los alimentos” (ISFP, por sus siglas en inglés) en Burkina Faso consta de diversos proyectos de emergencia por valor de más de 2,5 millones de dólares EE.UU.. La FAO ha desarrollado un amplio programa para revitalizar la agricultura doméstica, en parte mediante el aumento de las posibilidades para producir y obtener beneficios del arroz. El proyecto, que requerirá unos 7,7 millones de dólares sólo en las próximas temporadas, supondría desarrollar métodos de gestión del agua para el cultivo de arroz en tierras bajas en las riberas de los de ríos y llanuras aluviales.
“Los agricultores tienen ahora una razón para producir arroz, mientras que antes no tenían ningún incentivo, especialmente desde que el arroz se consume sobre todo en las ciudades”, señaló Renson. “Tiene su lógica económica.”