Una nueva Ley Agrícola estadounidense que incrementa la ayuda para los agricultores de Estados Unidos fue atacada otra vez por los países que dicen que pone en duda la disposición de Washington para negociar un acuerdo comercial, dijo el miércoles un funcionario.
La desaceleración de Estados Unidos, la debilidad del dólar y las medidas de seguridad estadounidenses también generaron preocupaciones en una revisión de la política comercial de Estados Unidos esta semana, dijo Clem Boonekamp, director de revisiones de política comercial de la Organización Mundial del Comercio.
Pero la apertura y la eficacia de la economía de Estados Unidos y su tratamiento preferencial de las importaciones de las naciones en desarrollo de Africa fueron elogiadas, dijo el funcionario en conferencia de prensa.
Los miembros de la OMC dijeron a las autoridades de Estados Unidos que la nueva ley agrícola era una oportunidad perdida para reducir el apoyo a la agricultura estadounidense.
''Estaban preocupados, y esa palabra no es muy exagerada, de que impidiera que Estados Unidos juegue el papel que ellos esperan en las negociaciones agrícolas,'' dijo Boonekamp.
Los críticos dicen que los altos subsidios agrícolas de Estados Unidos distorsionan el sistema comercial mundial y desplazan a los agricultores de los países pobres de sus mercados, además de colocar una carga sobre los contribuyentes estadounidenses y dar incentivos que no necesitan los negocios agrícolas de Estados Unidos.
Los recortes de los subsidios de Estados Unidos son una meta en la ronda de Doha de la OMC, que ahora está en su séptimo año.
Las autoridades de Estados Unidos dijeron que la ley agrícola no representa la oferta estadounidense en las discusiones de Doha, y que podría modificarse si las negociaciones llevan a un acuerdo.
La administración estadounidense ha dejado en claro que está dispuesta a reducir los subsidios pero quiere que los países en desarrollo abran sus mercados a los productos industriales, con una disminución de aranceles.
Los países desarrollados y en desarrollo están profundamente divididos sobre el grado en el que cada uno debería recortar los aranceles.
El embajador estadounidense Peter Allgeier dijo en la revisión que los aranceles de Estados Unidos promedian el 3,5 por ciento bajo las normas de la OMC, y eran incluso tan bajos como 1,3 por ciento en la práctica cuando se tienen en cuenta las preferencias como las que tienen los países africanos.
Pero Brasil dijo que enfrentaba un arancel promedio de alrededor del 21 por ciento sobre sus importaciones en Estados Unidos, debido a los techos arancelarios para ciertos productos, mientras que el arancel para los productos estadounidenses que entran en Brasil promediaba sólo el 11 por ciento, dijo Boonekamp.
El representante alterno de Estados Unidos en la OMC, David Shark, dijo en la revisión que Washington estaba dispuesto a eliminar esos techos arancelarios sobre bienes industriales, pero que esperaba que otros también lo hicieran.