La crisis global de alimentos lleva a países pobres y economistas a repensar el rol de la agricultura
Muchos economistas del libre mercado creían que la razón de la pobreza de miles de millones de personas estaba relacionada al hecho de que estaban atadas a la agricultura de subsistencia.
Joel Millman y Roger Thurow, comentaristas The Wall Street Journal:
Señalan que durante décadas, se solía disuadir a los países pobres de la idea de invertir demasiado en agricultura, que era vista más como un problema que una solución en la lucha contra la pobreza.
Muchos economistas del libre mercado creían que la razón de la pobreza de miles de millones de personas estaba relacionada al hecho de que estaban atadas a la agricultura de subsistencia.
Los países pobres no tenían incentivos ni siquiera para producir gran parte de los alimentos más básicos, como el arroz o el trigo, los cuales se cultivan de forma más barata en los países ricos. En su lugar, los animaban a concentrarse en cultivos para exportar, que tienen el potencial de alcanzar precios más altos.
Hoy, con el agotamiento de las reservas mundiales de granos, el apetito cada vez más insaciable de China e India por alimentos y un alza en los precios, muchos países pobres les están dando la espalda a estas antiguas teorías y empiezan a implementar programas gubernamentales diseñados para apoyar a los agricultores locales.
Eso incluye subsidios en efectivo a consumidores pobres, nuevos esfuerzos por mejorar la variedad local de semillas y la distribución de fertilizantes y semillas.
La crisis de los alimentos ha contribuido a una revisión de estrategia entre los principales consejeros económicos. Instituciones como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional vuelven a tratar las inversiones en agricultores pobres como una estrategia prometedora.
En el estudio Down to Earth (algo como Con los pies en la tierra), del Banco Mundial, los economistas Luc Christiaensen y Lionel Demery concluyeron que el crecimiento económico del sector agrícola es por lo menos dos veces más efectivo en la reducción de la pobreza que cualquier otro sector.
Muchos economistas de desarrollo celebran el alza en las inversiones a la agricultura. Pero temen que la actual crisis alimentaria pueda llevar a los países a adoptar políticas que podrían, por lo general, empeorar la situación.