En el Día Mundial del Medioambiente, ASAJA-Jaén exige que se recupere la figura del agricultor y ganadero como el mayor aliado de la conservación del medio natural
En el Día Mundial del Medioambiente, ASAJA-Jaén exige que se recupere la figura del agricultor y ganadero como el mayor aliado de la conservación del medio natural y de la provincia jienense como la gran descontaminante de Andalucía y de parte del país.
Además de ser el pulmón verde de Andalucía con su extensa superficie de monte y bosque cultivado (el olivar), un reciente estudio del CSIC demuestra que las más de 1.250 balsas agrícolas con las que cuenta la provincia son una importante fuente de captura el dióxido de carbono con el “que contaminan otros”. De hecho, el informe destaca que un metro cuadrado de balsa agrícola es capaz de absorber cincuenta veces más CO2 que la misma superficie de terreno boscoso.
ASAJA-Jaén reivindica el papel del agricultor y ganadero como el mayor “agente descontaminante y conservador del medio natural”. Luis Carlos Valero, gerente y portavoz de ASAJA-Jaén, exige este reconocimiento en el Día Mundial del Medioambiente, jornada en la que “una vez más, los ecologistas de despacho siguen acusando a los hombres de campo como los responsables de tanta aberración medioambiental”. Valero recuerda que la provincia de Jaén, así como su actividad agrícola, la convierte en el mayor pulmón verde de Andalucía y uno de los más importantes de España. A su gran superficie de monte y bosque cultivado (el 90% de la superficie total de la provincia está cubierta por vegetación arbórea), se suma el papel de las 1.256 balsas agrícolas. No en vano, y según el último estudio del CSIC, las balsas de los agricultores son capaces de eliminar más CO2 o dióxido de carbono que todos los océanos juntos. Es más, el estudio indica que cada metro cuadrado de estos estanques agrarios puede absorber cincuenta veces más dióxido de carbono que la misma superficie de terreno boscoso.
Esta peculiaridad, según indica el informe, se produce gracias a dos factores. El primero es la riqueza de cultivos que rodean las balsas (en este caso el olivar) y que favorece la creación de algas y plancton,. Son especies que necesitan capturar mucho anhídrido carbónico para desarrollarse. El segundo de los factores es que el entorno acuático es el ideal para preservar el CO2 orgánico, que se queda alojado en los sedimentos.
Luis Carlos Valero insiste en que estudios como este corroboran una vez más el mensaje de ASAJA-Jaén. “Lejos de sumarnos a la criminalización general del agricultor, defendemos su papel como conservador de la naturaleza”. Así, recuerda cómo “la propia Administración autonómica reconoció el papel del pastoreo como el mejor modo de preservar el monte e incluso pagó a pastores para que llevaran a sus ovejas a pastar en las faldas del castillo cuando no hacía tanto que los había multado”