Primero fue la autorización para importar trigo de origen extra Mercosur sin pagar el Arancel Externo Común de 10,5%, por un millón de toneladas a ingresar antes del 30 de junio. Pero evidentemente la medida no alcanzó.
El pasado miércoles se publicó en el Boletín Oficial brasileño que el gobierno extendía el cupo a dos millones de toneladas, con plazo de ingreso hasta el 30 de agosto, antes de que arranque la trilla del cereal brasileño.
La medida parece la respuesta para que no falte en el país trigo ni harina, tal como lo habían previsto empresarios y consultores.
Además, el gobierno de Lula anunció en conferencia de prensa que le quitará también el Impuesto al Flete Oceánico, que representa nada menos que el 25% del costo del transporte por mar para el trigo que llegue de Estados Unidos y Canadá, con el fin de abaratar el costo a la industria. La embestida contra la subida de los alimentos, incluyó la exención del trigo, la harina y el pan francés del impuesto denominado Pis/Cofins que grava a esos productos con el 9,25%.