Las Jornadas Nacionales sobre Cultivos Especiales deberán mostrarse en 2009
Pactadas en un primer momento para el 15 de mayo y postergadas con el afán de que la contienda campo-gobierno llegara a buen puerto prontamente, navegamos por el breve sueño de que las diferencias se limarían en pocos días.
El mal clima que impera en el sector ha llevado a los organizadores de las Jornadas Nacionales sobre Cultivos Especiales a suspender el evento, con la pretensión de recobrar la fuerza para la edición 2009 que, seguramente, dará que hablar.
Pactadas en un primer momento para el 15 de mayo y postergadas con el afán de que la contienda campo-gobierno llegara a buen puerto prontamente, navegamos por el breve sueño de que las diferencias se limarían en pocos días. Hoy, a pesar de haber asomado un nuevo espacio de diálogo; entendemos que es demasiado tarde para llevar adelante una actividad de capacitación que estaba ligada a los tiempos de siembra de algunos cultivos a tratar en el programa, como también a un numeroso catálogo de factores que debía encaminarse armoniosamente para lograr los resultados esperados. Estos factores nos hicieron repensar su realización y definitivamente suspenderla hasta el venidero año.
Creemos haber hecho todo lo posible para llevar adelante las Jornadas. Conectamos con una demanda deseosa de conocimiento respecto de este ambicioso programa que nos planteamos (tuvimos cerca de 500 consultas de diversos punto del país), pero insistimos en que, aun con una gran amargura y desazón, debemos desistir de organizarlas.
No abundaremos en los orígenes de la situación, pero remarcaremos el perjuicio impuesto a los emprendedores que venimos poniendo enorme esfuerzo en generar espacios para difundir conocimientos que permitan, a los productores pero también al Estado, advertir que hay alternativas eficaces a determinadas condiciones económicas que terminan siendo gravosas para el conjunto de la comunidad.
Apuntamos en la dirección correcta, con una batería de temas correctos, con conferencistas expertos de primerísimo nivel, haciéndonos eco de una inquietud que viene de hace tiempo: el país, nuestra República Argentina, debe resolver el dilema productivo puesto en entredicho a nivel mundial. Nos quedamos con las manos vacías y un sabor amargo en la boca.
Pero seguiremos adelante con el calendario oportunamente diseñado, pero en los primeros días de abril del año próximo, al aguardo de que el conflicto devenga en el juego de la mayor inteligencia disponible entre los “contendientes”, de manera que la sociedad gane paz y prosperidad.