Perú 02/04/2008
Señala que la manipulación genética de las plantas por selección es casi tan antigua como la agricultura, pero la manipulación de sus genes comenzó a fines del siglo pasado y sus inicios fueron conflictivos.
Quienes se oponen a los cultivos genéticamente modificados insisten en el peligro latente de su acción sobre otros cultivos. Su temor es que los genes alterados pasen a otras plantas con efectos insospechados, cosa que no ha sucedido aún, al menos con consecuencias cuyo efecto sea detectable.
A pesar de la oposición y las objeciones de diversos grupos, comenzando con Greenpeace, los cultivos transgénicos son una realidad que permite enfrentar la creciente demanda y alza de precios en los alimentos, principalmente en el Tercer Mundo.
El año pasado había más de 114 millones de hectáreas en cultivo en 23 países, un incremento de más de 12% sobre el año anterior, siendo los principales EE.UU. con 58 millones, Argentina con 19 millones, Brasil con 15 millones, Canadá con 7 millones e India con algo más de 6 millones.
Todo parece indicar que los cultivos transgénicos están destinados a imponerse por varias razones. Aparte del progreso de la tecnología y la mayor cantidad de características deseables que pueden introducir los genetistas, está el cambio climático y la crisis energética. A medida que los países más poblados del Tercer Mundo, como China e India, aumentan su poder adquisitivo la demanda de alimentos crecerá. Simultáneamente, el cambio climático volverá más escasa el agua para riego y más cara la energía.
La confluencia de estos factores hace cada vez más necesario incrementar el rendimiento de los cultivos, a la vez que disminuir la energía y agua que requieren. Las más recientes tecnologías de la ingeniería genética están encaminadas a enfrentar estos requisitos y será más difícil prescindir de ellas. Una de las grandes preocupaciones con el cambio climático es su efecto sobre la agricultura: las sequías y el clima, cada vez más caliente, que favorece las plagas.
LAS PRIORIDADES
Quienes más objetan el uso de cultivos transgénicos son también los que más abogan por la protección del medio ambiente y sus preocupaciones no dejan de ser fundadas en el caso de cultivos experimentales. Sin embargo, las objeciones tendrán que ser evaluadas en función de las alternativas. Habrá que establecer prioridades ante la necesidad de alimentar una población creciente, siendo la alternativa de talar bosques mucho peor que incrementar el rendimiento de las áreas de cultivo con cultivos GM.
En cuanto al uso humano de alimentos genéticamente modificados, hay nuevas variantes que deberían ser acogidas por quienes se preocupan por el tema. Este es el caso de la obesidad y las grasas saturadas. Los más recientes desarrollos de la modificación genética de plantas han logrado producir un aceite de soya que al freír no produce grasas saturadas. Es una buena noticia para todos los países donde la obesidad está adquiriendo proporciones de epidemia.
EL FUTURO
Una de las objeciones de más peso a los cultivos transgénicos no se refiere al peligro ni a las consecuencias ecológicas, sino al costo. La actitud soberbia de ciertos fabricantes y la mala fama que le ganaron los cultivos ''terminator'', así llamados por producir semillas estériles, han enfrentado a los agricultores con la industria. Esto ha dado lugar a que en varios países se haya usado y producido semillas genéticamente modificadas a espaldas de las empresas que los originaron. Se ha encontrado una similitud entre este caso y el del software pirata, con parecidos problemas legales.
Mientras sigue el debate, por un lado sobre el peligro potencial y por otro sobre el derecho al mayor precio, los cultivos genéticamente modificados siguen en aumento, tanto en área cultivada como en rendimiento. Por lo pronto, en Norteamérica el rendimiento por hectárea del maíz se ha duplicado en las tres últimas décadas y en el último año el área de cultivos GM ha aumentado en 12%. Si se mantienen las tendencias del calentamiento global y el consiguiente cambio climático, así como el aumento del costo de la energía, será indispensable usar todos los medios posibles para bajar el costo e incrementar el rendimiento de los cultivos.