- 25/04/2008
Delegados de asociaciones de pequeños productores de granos básicos de Guatemala, Honduras y Nicaragua, expresaron en Granada, su preferencia por las variedades criollas de frijol, y demandaron la intervención de los institutos nacionales de investigación agrícola, para desarrollar mejoras en el rendimiento y la tolerancia a plagas y enfermedades de estas variedades.
Los productores de las organizaciones ADEGO de Guatemala, ARSAGRO de Honduras, ASOPROL y UPROCOM de Nicaragua, convocados por el Proyecto IICA/Red SICTA/COSUDE, se reunieron con representantes del ICTA de Guatemala e INTA de Nicaragua, para evaluar si se conjugan o no sus demandas con las tecnologías generadas por estas instituciones.
Los agricultores mostraron, también, su preocupación por la pérdida de variedades criollas de maíz, muy apreciadas por sus cualidades culinarias.
''Nuestro objetivo es buscar coincidencias o identificar brechas entre oferta y demanda tecnológica, para trabajar propuestas de acciones concretas en los proyectos que cofinancia Red SICTA en la región'', aseguró el Coordinador del Proyecto, Dr. Armando Ferrufino.
En representación de unos tres mil productores, los delegados, centroamericanos hicieron notar que las preferencias del mercado regional y nostálgico por las variedades criollas de frijol, trazan con claridad el camino que debería seguir la investigación agrícola.
''Hasta ahora la defensa de estas semillas ha sido por cuestiones de seguridad alimentaria de las familias campesinas más pobres. Ahora, el mercado demanda más y paga más por las variedades criollas, y eso nos da la oportunidad de mejorar nuestra situación económica'', señaló el productor guatemalteco de ADEGO, Cecilio Salazar.
Según el documento ''Mapeo de las Cadenas Agroalimentarias de Maíz y Frijol en Centroamérica'', en esta región se han liberado más de 70 nuevas variedades de frijol y otra cantidad similar de maíz en los últimos veinte años.
Sin embargo, los precios de esas semillas y marcadas diferencias de color y sabor frente a las variedades criollas, han provocado el rechazo de muchos de los 700 mil agricultores que cultivan 600 mil hectáreas de frijol, y del millón de familias que cultivan 1.8 millones de hectáreas de maíz en Centroamérica.
El Coordinador del Proyecto IICA/Red SICTA/COSUDE, Dr. Armando Ferrufino, dijo también que los productores coincidieron en cuestionar las recomendaciones de fertilización y control de plagas, aduciendo que predomina el criterio de las casas comerciales y pocas veces se sustentan en análisis de suelos o niveles críticos de daño por plagas.
''Esta inquietud tiene vigencia como nunca antes, debido a que los precios de los fertilizantes y plaguicidas se están incrementado rápidamente'', subrayó el Dr. Ferrufino.
Según el Director General de la FAO, Jaques Diouf, el precio de los fertilizantes ha subido 58 por ciento en los últimos doce meses.
Por otra parte, los productores propusieron enfrentar la escasez y carestía de mano de obra masificando tecnologías de bajo costo para desgranar maíz, trillar frijol y almacenar estos granos.
Pidieron también a los institutos de investigación agrícola de Guatemala (ICTA), Honduras (DICTA) y de Nicaragua (INTA), que trabajen de manera conjunta para homogenizar información relacionada con plagas, enfermedades, dosis de insumos, entre otras, para que programas como Red SICTA los puedan divulgar regionalmente.
El evento contó con la presencia del Representante del IICA en Nicaragua, Dr. Gerardo Escudero, el Dr. Armando Ferrufino, Coordinador del Proyecto IICA/Red SICTA, Félix Fellmann, Director Residente Adjunto de COSUDE, María Antonia Zelaya, de COSUDE, y Miguel Obando, en representación del Director del INTA, y representantes de otros productos de la Cooperación Suiza en la región.
Las Semillas Criollas
Soportan algunas de las más difíciles condiciones agro climáticas en las que se desenvuelve el pequeño productor en América Central: suelos pobres, lluvias esporádicas, escasa o nula fertilización.
De la cosecha, el agricultor guarda, generalmente al azar, la cantidad de granos que utilizará como semilla para la siguiente siembra. Otra parte la almacena para su alimentación y, si algo sobra, lo vende a los intermediarios o en los mercados locales.
El lado flaco de estas semillas es su baja productividad y su baja tolerancia a las plagas y enfermedades más comunes en la región centroamericana.
La mayor degradación de los suelos, el incierto régimen de lluvias y los precios elevados de los fertilizantes, obligan a rediseñar los procesos y las tecnologías agrícolas.