Las importaciones récord de frutas y verduras –que de enero a septiembre crecieron un 23% en tonelaje y otro 29% en valor- no han servido para frenar la escalada de los precios que sufre el consumidor. AVA-ASAJA denuncia que los cultivos que más se han encarecido en los últimos doce meses son también los que han sufrido mayores subidas en la importación y a la sazón donde se dan más diferencias entre los precios en origen y en destino.
Es el caso de las cebollas que, según los datos de octubre del Ministerio de Comercio, acumulan durante el último año una subida del 22% pese a que la oferta de este tubérculo se trató de ampliar, según la estadística recogida por Aduanas, un 71%, con importaciones que sumaron hasta septiembre 60.000 toneladas. Pero también lo es el de los cítricos –el segundo más inflacionista- cuyo PVP (Precio Venta al Público) creció en 12 meses un 9,4%, con operaciones de compra al extranjero de más de 183.781 toneladas, un 37% más que en el mismo plazo de 2006.
Tales cifras de importación se dieron pese a registrarse una subida igualmente destacable en los precios de compra. Así, el valor de las importaciones de cebollas fue un 139% mayor y el de los cítricos sufrió un aumento del 71%.
El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, reclama por todo ello “que se estudie con rigor cómo influye cada eslabón de la cadena en la conformación de los precios que asume el consumidor”. En este sentido parece claro que los incrementos producidos en los PVP –como remarca Aguado- “no se ven reflejados en una mejora de la renta de los productores”. Así, según un estudio de AVA-ASAJA basado en los propios datos del Observatorio de Precios del Ministerio de Agricultura, las cebollas y los cítricos fueron nada casualmente los productos hortofrutícolas donde de forma más evidente se apreciaron los abusos en los márgenes y así, en el primer caso la diferencia entre el precio en origen y en destino superó el 850% mientras que en el segundo se situó en el entorno del 900%.
“Pese a la realidad de los hechos, son muchos los que defienden un escenario con una agricultura con precios bajos de los alimentos gracias a las importaciones masivas del tercer mundo. La realidad es que la cesta de la compra se encarece y se aumenta la dependencia exterior perdiendo la riqueza, calidad y seguridad que el campo español y valenciano garantizan”, advierte Aguado quien acusa a los lobbies europeos de la gran distribución de tratar de aprovechar las “debilidades” del sector: “Cada vez que se anula a un agricultor español se estimula a alguna gran empresa extranjera que, una vez eliminada la competencia, acabará por imponer sus condiciones en nuestros mercados”.