ESPAÑA 20/11/2007
Aprobado en Valencia el 4º Informe de Evaluación del IPCC
Greenpeace ha valorado el informe que el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), que se ha presentado hoy en Valencia, como un aviso inequívoco de que los Gobiernos necesitan actuar con fuerza para salvar el clima, cuando se reúnan en Bali para negociar la segunda fase del Protocolo de Kioto dentro de dos semanas.
Mientras finalizaba ayer por la tarde, la reunión del IPCC, el barco de Greenpeace Arctic Sunrise realizaba una nueva acción de protesta con sus zodiacs a unas 15 millas de la costa de la Comunidad Valenciana contra otro gran barco de carbón que se dirigía al puerto de Tarragona. La acción, segunda que Greenpeace realiza en la misma semana para denunciar que el Gobierno español continúa subvencionando a las compañías eléctricas la quema del combustible que más contribuye al cambio climático, tuvo como objetivo en esta ocasión el buque “Front Driver”, cargado con 153.000 toneladas de carbón para quemar en centrales térmicas españolas. Los activistas desplegaron pancartas frente al buque con el lema “El carbón destruye el clima”.
El IPCC aprobó anoche en Valencia el Informe de Síntesis de su Cuarto Informe de Evaluación, que resume los puntos clave de los tres grandes informes publicados este año sobre la ciencia del cambio climático, sus impactos y las opciones de mitigación. Este será el documento de referencia más importante para los políticos en los próximos años.
“Greenpeace está actuando contra la mayor de las causas del cambio climático para demostrar lo que los Gobiernos deben hacer ahora. El informe del IPCC deja a los Gobiernos sin excusas para no actuar ya frente al cambio climático, y debe ser el elemento central de las negociaciones de Bali sobre el Protocolo de Kioto en diciembre”, ha declarado José Luis García Ortega, portavoz de Greenpeace España en la reunión de Valencia. “Este documento deja bien claro que estamos jugando con el futuro del planeta y que el riesgo es demasiado alto.”
“Los gobiernos deberían referirse continuamente a este informe durante sus negociaciones en Bali, de forma que cuando regresen sus copias del Informe de Síntesis del IPCC las tengan desgastadas de tanto usarlas, llenas de párrafos subrayados y notas al margen”, ha añadido el portavoz de Greenpeace.
El IPCC informa del cambio climático “inequívoco” que ya está ocurriendo y avisa de que el calentamiento global provocado por el ser humano podría dar lugar a impactos bruscos o irreversibles.
Sin embargo, el informe también confirma que esos impactos se pueden evitar, ya que explica que se puede lograr estabilizar los gases de efecto invernadero en todos los niveles con las tecnologías actualmente disponibles o aquellas que se espera sean comercializadas en las próximas décadas.
“Tenemos que elegir: impactos irreversibles o una Revolución Energética. Greenpeace está convencido de que es posible evitar que millones de personas sufran el riesgo de los peores impactos del cambio climático: desastres meteorológicos extremos, falta de agua potable o más hambre. Para lograrlo hará falta una revolución en la forma en que usamos y producimos la energía, y un fuerte compromiso para detener la deforestación en todo el mundo”, ha añadido el portavoz de Greenpeace.
Entre los severos riesgos que el informe señala como “razones para preocuparse” destacan:
* Nuevas evidencias de que las personas pobres y las mayores son dos grupos con el mayor riesgo tanto en países ricos como los más empobrecidos de sufrir los impactos del cambio climático: más hambre, más enfermedades, mayores riesgos debido a fenómenos meteorológicos extremos.
* Grandes extinciones de plantas y animales en todo el mundo.
* Mortandades masivas de arrecifes coralinos, amenazando las vidas de millones de personas
* Sequías más duras, olas de calor más intensas y gran aumento del riesgo de inundación se prevén para las zonas del mundo que ya los sufren duramente, a menudo en las partes del mundo más pobres.
* Riesgo en aumento de una subida del nivel del mar más rápida según las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida se derriten por el calentamiento, con importantes riesgos para las islas pequeñas y para los enormes y superpoblados deltas de Asia.