La Comisión europea ha presentado hoy su Comunicación sobre el ''Balance de Salud de la PAC''. Se trata de una reflexión sobre cómo se va a diseñar la revisión presupuestaria de 2008-2009 y las tendencias que se imponen en la política agraria después de 2013.
Para ASAJA cualquier nueva orientación de la política agrícola común debe tener como objetivo esencial reducir la burocracia actual de la PAC y reforzar el papel estratégico de la agricultura europea teniendo en cuenta las nuevas orientaciones y demandas de los mercados. Sin embargo, esta propuesta supone un nuevo varapalo a los intereses agrarios europeos.
En lugar de lanzar una apuesta firme y tranquilizadora para el sector agrario europeo, la comisaria Fischer opta por mantener su política de progresivo desmantelamiento de los mecanismos de regulación, abandonando la lucha por obtener fondos adicionales para acometer nuevas medidas y limitándose a proponer nuevos recortes en las rentas de los agricultores.
De hecho, la principal medida que la Comisión propone es la de incrementar el porcentaje de modulación obligatoria, que es en definitiva un recorte de las rentas de agricultores y ganaderos para financiar medidas que en su amplia mayoría no tienen como objetivo la mejora de las condiciones de vida de los agricultores y ganaderos
Por otra parte, la comisaria retoma propuestas ya rechazadas con anterioridad respecto a límites de ayudas según el tamaño de las explotaciones, basadas más en criterios populistas y presiones presupuestarias que en consideraciones de envergadura tales como el empleo, la generación de riqueza, dentro y fuera de la explotación, o la protección del medio ambiente.
Por último, la comisaria se limita a avanzar medidas como la del desacoplamiento total, que ASAJA ha venido demandando durante años, la supresión de la retirada obligatoria o la eliminación de la intervención para los cereales, medidas que o bien estaban decididas con anterioridad, son de carácter menor o que merecen un debate sobre su oportunidad.
En opinión de ASAJA, la Comisión europea debería, al igual que están haciendo otros países competidores, aprovechar la actual situación para acometer las medidas estructurales necesarias para hacer frente a los próximos retos tales como la alimentación, la suficiencia energética, el apoyo a las nuevas tecnologías, el papel de la agricultura en la lucha contra el cambio climático y su acción beneficiosa en la sostenibilidad y permanencia de la biodiversidad como patrimonio de la Unión Europea.