ESPAÑA 30/11/2007
Andalucía, principal productora de algodón de España, ha perdido en sólo tres campañas el 58% de su producción, pasando de las 300.000 toneladas que se recolectaron en 2004 a las 114.000 que se han recolectado en 2007.
La causa de esta debacle no es otra que la reforma del régimen de ayudas al algodón que la Comisión Europea aprobó en abril de 2004, ante la bisoñez de la ministra española de Agricultura, Elena Espinosa, incapaz de negociar una reforma menos lesiva para los productores españoles.
Esta pésima reforma, que sería anulada posteriormente por el Tribunal de Justicia de Luxemburgo tras el recurso que se vio obligado a presentar el Estado español presionado por la organizaciones agrarias, ha vivido esta semana en Bruselas su penúltimo capítulo, más bochornoso si cabe que los anteriores.
En Bruselas se ha presentado ya oficialmente la “nueva” propuesta de reforma redactada por la Comisión, una propuesta que, desoyendo la sentencia del Tribunal de Luxemburgo, mantiene el sistema tal cual se aprobó en 2004, lo que deja a los algodoneros andaluces sin ninguna alternativa de futuro.
El pasado martes algodoneros, organizaciones agrarias y medios de comunicación andaluces estuvimos pendientes de Bruselas donde la comisaria de Agricultura, Mariann Fischer, iba a presentar al Consejo de Ministros de Agricultura esta “nueva” propuesta. Todos estábamos expectantes ante las esperadas críticas de la ministra española de Agricultura a una reforma que constituye una tomadura de pelo a España (país que presentó el recurso en contra), al sistema de justicia de la CE y a los propios algodoneros españoles, sin embargo, las únicas palabras que se escucharon en el Consejo fueron las del representante de Grecia, el otro país europeo productor de algodón, el ministro griego de Agricultura fue el único que habló y lo hizo para mostrar su conformidad con la propuesta.
La actitud de la Sra. Espinosa es indignante, su silencio resulta incomprensible, por lo que desde ASAJA-Sevilla reprobamos su comportamiento y le instamos a dejar su puesto en el Consejo al secretario general del Ministerio, que si se ha pronunciado con claridad en contra de esta propuesta tremendamente lesiva para los algodoneros españoles y por ende para nuestro país.
Es injustificable que la persona que debe llevar a Bruselas la voz de las 10.000 familias andaluzas y las 24 desmotadoras que viven en Andalucía de este cultivo sea precisamente, con su silencio, la primera cómplice de su ruina definitiva.
No es la primera vez que la ministra mantiene su mutismo sobre esta reforma, ya lo hizo hace algunas semanas en Sevilla, cuando invitada por el diario ABC a un almuerzo con agricultores y empresarios andaluces se negó a responder una pregunta sobre la propuesta de reforma excusándose en que “aún no era oficial, y por lo tanto no podía pronunciarse”, por más que ya fuera suficientemente conocida por todos. Sin embargo, el pasado martes se encontraba en un Consejo de Ministros de Agricultura, y en ese foro, en el que se presentó oficialmente la propuesta y en el que debía haber quedado plasmada la postura oficial del Gobierno español, el mutismo de Espinosa propició que la única intervención que constará en acta, la del representante griego, fuera favorable a una reforma que supone la puntilla para el algodón andaluz.