Coag recuerda que el carné de aplicador de plaguicidas será obligatorio a partir del 1 de febrero

La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, COAG, recuerda que a partir del día 1 de febrero de 2007, el próximo jueves, será obligatorio disponer del carné de aplicador de plaguicidas para poder aplicar, comprar y/o almacenar productos fitosanitarios, según dicta la legislación comunitaria al respecto. Las personas que apliquen este tipo de productos sin estar en posesión del correspondiente carné podrán ser sancionados a partir de esta fecha.

La organización agraria imparte desde hace años los cursos de capacitación homologados por la Junta de Andalucía para obtener el carné de aplicador de plaguicidas. En este sentido, el Área de Formación de COAG tiene previsto duplicar la oferta en 2007 con respecto al año pasado para atender el incremento de la demanda de este tipo de cursos.

Pese a que la Junta de Andalucía ha agilizado en los últimos años la expedición de los títulos de aplicador de plaguicidas, en la actualidad todavía se suele demora varios meses. Por esta razón, los responsables de COAG han solicitado a la Administración autonómica que acelere el proceso de cara a la entrada en vigor de esta normativa.

El objetivo de estos cursos es garantizar un nivel de capacitación a las personas que desarrollen actividades relacionadas con la utilización de plaguicidas. En este sentido, en los seminarios impartidos por COAG el agricultor aprende el procedimiento de protección de los cultivos, la composición de los plaguicidas químicos, la maquinaria de aplicación necesaria, los riesgos derivados de la aplicación y nociones sobre primeros auxilios en caso de intoxicación.

Existen dos niveles de capacitación: básico y cualificado. El primero se encuentra dirigido a aquellos agricultores que realicen los tratamientos fitosanitarios en su propia explotación sin emplear personal auxiliar y el cualificado está orientado a aquellas personas que apliquen los plaguicidas con ayuda de personal auxiliar.

El pasado mes de mayo, la duración de los cursos se vio incrementada de 20 a 25 horas, en el caso del nivel básico, y de 60 a 72 horas, en el caso del cualificado, para adaptarse a la normativa comunitaria que exige la inclusión en el temario de módulos orientados a la prevención de riesgos laborales y protección del medio ambiente y eliminación de envases vacíos.