La reforma de OCM del vino se retrasará y la Comisión Europea no presentará una propuesta legislativa este año, según explicó la ministra de Agricultura, Elena Espinosa, tras la reunión que mantuvo esta mañana con la comisaria del ramo, Mariann Fischer Boel. ASAJA, organización que ha rechazado ''de plano'' la propuesta califica de ''muy positiva'' la decisión y continuará reivindicando una OCM dirigida al viticultor y contraria a la política de arranques masivos.
En declaraciones a la prensa, Espinosa celebró que ''el documento oficial de reforma no se presentará a finales de año'', tal y como preveía en principio Bruselas, y recordó que ésta era una de las demandas que hicieron países productores como España y Francia.
La ministra reiteró la intención de tomar más tiempo para llevar a cabo ''una reforma compleja'', aunque apuntó que esto no quiere decir que se detenga el proceso y manifestó la disposición española a seguir trabajando con la Comisión. ''Todos queremos que el vino sea un sector en auge, podemos lograrlo pero para eso se necesita tiempo para debatir y buscar alternativas que favorezcan al sector vitivinícola'', agregó.
Indicó que Fischer Boel no dio un calendario alternativo para continuar en proceso y esperó que, una vez que se presente la propuesta legislativa, se trate de ''un documento que pueda solucionar los problemas de España'' en todo tipo de alcoholes, como el de uso de boca y el mosto.
Espinosa celebró una reunión bilateral con Fischer Boel antes de este lunes empiece el Consejo de Agricultura en el que los ministros europeos volverán a debatir y presentar sus puntos de vista sobre el documento de orientación de la reforma de la OCM del vino que presentó la Comisión el pasado mes de junio.
Fuentes españolas explicaron que la postura española en el debate sería la de, en primer lugar, pedir que la reforma tome más tiempo para ''reflexionar'' sobre sus efectos sobre el sector. Asimismo, Espinosa reiterará su oposición a que uno de los ejes centrales de la reforma sea el arranque de viñedos -Bruselas estima que sería necesario eliminar 400.000 hectáreas de cultivo_y al fin del esquema de derechos de plantación o de ayudas de apoyo al mercado como las ayudas a la destilación, para las que propondrá al menos una salida progresiva.
