ESPAÑA 07/08/2006
Según los datos de COAG, Andalucía contó en 2005 con 5.230 hectáreas, repartidas entre las provincias de Sevilla, con 5.000 hectáreas (96%) y Cádiz, con 180 hectáreas (4%). Para este año la superficie sembrada en Andalucía es de 1.273 hectáreas, 1.125 hectáreas en Sevilla y 130 hectáreas en Cádiz. La causa de la reducción de superficie es la falta de agua para esta campaña ya que durante el periodo de siembra la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir anunciaba restricciones de agua para riego como consecuencia de la situación de sequía. Ante la incertidumbre de la disponibilidad de agua para llevar a buen fin el cultivo, muchos agricultores decidieron no sembrar tomate para industria. Finalmente, la CHG aprobó una mayor dotación de agua para riego, siendo el tomate para industria uno de los cultivos más perjudicados.
Este fuerte descenso de superficie ha afectado no sólo a los productores sino a todo el tejido cooperativo y agroindustrial asociado a él. Así, en estos momentos, cuando ya se ha recolectado el 50% de la superficie y a dos semanas de la finalización de la campaña, sólo están funcionando dos de las plantas de transformación de tomate de Andalucía, con la consecuente pérdida de empleo y riqueza para las zonas productoras. Además, los productores, a pesar de no haber podido sembrar más que el 25% de la superficie, tienen que hacer frente a las grandes inversiones en modernización, del sistema de producción y transformación, realizadas para hacer de este cultivo una alternativa a cultivos tradicionales como el algodón y la remolacha.
En cuanto a los rendimientos, esta campaña se caracteriza por la normalidad, con unos rendimientos medios de entre 70 y 75 toneladas por hectáreas. La producción estimada es de más de 90.000 toneladas, frente a las 404.993 toneladas del pasado año, debido a la reducción de superficie.
Además, este cultivo se enfrenta a un problema coyuntural, como consecuencia de un sistema de umbrales asignado a España por debajo de su capacidad productiva. Este año, en lugar de recibir la cantidad máxima de ayuda (34,50 €/tn.), los agricultores recibirán 23,35 €/tn., lo que supone una penalización de más del 32%. Para el año que viene, la situación puede agravarse considerablemente, ya que se estima que la penalización puede sobrepasar el 62%, haciendo inviable el cultivo.
Para COAG Andalucía, el sector del tomate para industria, que aglutina a un millar de productores en Andalucía, puede ser una alternativa de cultivo que permita sostener un tejido cooperativo y agroindustrial que vertebre el medio rural en aquellas zonas que han sufrido las consecuencias negativas de reformas como el algodón y la remolacha, siempre que se corrijan algunos errores del pasado y haya un compromiso firme y un apoyo claro por parte de las Administraciones. Además, la solución de la grave crisis del sector pasa por un cambio estructural y de futuro, con la modificación del régimen de ayudas, en la nueva OCM de Frutas y Hortalizas.