ESPAÑA 21/07/2006
A pesar de contar con una tradición vinícola que se remonta a varios milenios, el líquido más preciado de Georgia − el vino ocupa hoy el tercer lugar en las exportaciones del país− corre peligro, amenazado por las falsificaciones y el fracaso del sector vinícola a la hora de diversificar sus mercados.
Las exportaciones de vino georgiano generaron el año pasado más de 80 millones de dólares EE.UU., pero el fraude sigue asolando la industria vinícola de este país caucásico.
''Aproximadamente nueve de cada 10 botellas de los vinos supuestamente georgianos que circulan en el mercado de exportación son falsificaciones −explica Emmanuel Hidier, del Centro de Inversiones de la FAO−. De modo que es importante proteger las denominaciones de origen.''
Los productos falsos van desde mezclas de bebidas alcohólicas con colorantes y aromatizantes, hasta vinos que ostentan denominaciones de origen falsas. La reducida superficie de los viñedos donde se producen algunos de los vinos más populares de Georgia hacen que la oferta sea a menudo menor que la demanda: un escenario que favorece la falsificación.
Los últimos esfuerzos del Gobierno de Georgia para limitar la falsificación del vino dentro del país han tenido un éxito relativo, señala Hidier, pero en los mercados extranjeros no se han obtenido muchos resultados.
Cierre del principal mercado
Para colmo, la reciente prohibición en Rusia de importar vino de Georgia ha significado para los productores vinícolas de este último país el cierre de su principal mercado. Antes de la prohibición, cerca del 80 por ciento del vino georgiano se exportaba a Rusia.
''La industria del vino de Georgia tiene que ampliar sus mercados'', indica Frédéric Julia, experto internacional en vinos contratado por la FAO, que visitará Tbilisi este mes para tratar de explorar nuevas salidas comerciales.
''Lo difícil no es encontrar nuevos mercados −añade−. La Unión Europea y Norteamérica, por ejemplo, son grandes mercados del vino, ¿pero cómo puede Georgia promover allí sus productos?''
¿Qué encierra una denominación?
La FAO ha estado ayudando a fomentar el sector vinícola de Georgia desde 2000, cuando a petición del Gobierno proporcionó ayuda para redactar la primera legislación vinícola del país.
Siguiendo la estrategia utilizada por otros países productores de vino, la ley georgiana estableció un sistema de denominación de origen, que informa de la procedencia del vino, el tipo de uvas utilizado y el método de producción.
''Ahora, todas las parcelas de las diversas denominaciones están registradas, y los productores de vino deben señalar dónde compran las uvas, lo que, en principio, permite localizar el origen del vino sobre el terreno'', explica Julia.
La FAO está trabajando para agilizar el sistema de localización y llenar las pocas lagunas restantes. Por ejemplo, si bien se requieren documentos casi en todas las fases de la producción del vino, no se exigen para el transporte del vino a granel o embotellado dentro del territorio de Georgia.
Acción colectiva
Un taller realizado en diciembre de 2005, organizado por el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD) y financiado por la FAO y Canadá, reunió a los principales actores del sector vinícola georgiano, desde funcionarios del gobierno hasta representantes de la industria privada, así como a la comunidad de los donantes, a fin de debatir la forma de proteger las denominaciones vinícolas georgianas.
''A diferencia de las marcas que son propiedad de particulares o de empresas, las denominaciones son propiedad común de la población de una región determinada −informa Mamuka Meskhi, Ayudante del Representante de la FAO en Georgia−. De tal modo que tanto las empresas vinícolas privadas, que son las víctimas directas de la falsificación y tienen los medios económicos para combatirla, como el gobierno, -propietario de las denominaciones pero sin recursos para defenderlas-, tienen que colaborar.''
La FAO está contribuyendo a establecer un organismo mixto (público y privado) de reglamentación, parecido a los de otros países exportadores de vino, para reforzar la aplicación de la ley vinícola de Georgia. La FAO ayudará también a capacitar funcionarios del gobierno para las negociaciones multilaterales y bilaterales, a mejorar la trazabilidad del vino a granel y a transferir las técnicas internacionales para la protección de las denominaciones.
Un experto de la FAO en composición y análisis de los alimentos estudiará el sistema de laboratorios que se usa en Georgia para emitir certificados de análisis de los vinos.
A juicio de Hidier, tanto los pequeños como los grandes viticultores se benefician de la aplicación del sistema de denominación de origen: en Georgia se duplicó el precio de las uvas. ''Al proteger la calidad de una denominación, el valor de las uvas automáticamente sube, lo que se traduce en mayores ingresos para los agricultores''.