COAG ha instado a la comisaria de agricultura a que apueste por una política agresiva de desarrollo y reestructuración comercial para el sector vitivinícola

El próximo 22 de junio, la Comisión Europea presentará su propuesta de reforma de la OCM del Vino

Durante la reunión bilateral mantenida ayer en Bruselas, el responsable de vino de COAG, Manuel Sánchez-Brunete, expuso a Mariann Fischer, Comisaría de Agricultura, la propuesta de COAG sobre la próxima reforma de la OCM vitivinícola. El máximo responsable del sector de vino de esta organización instó a la danesa a que apostara por una política agresiva de desarrollo y reestructuración comercial para el sector vitivinícola europeo, con el objetivo de que nuestros caldos consigan tener cada vez más presencia en los mercados internacionales y esto repercuta directamente en la renta de los viticultores.

Además, Sánchez-Brunete entregó a la Comisaria de Agricultura un documento que sintetiza los aspectos que COAG considera fundamentales para que la reforma cumpla sus objetivos:

• Mantenimiento del actual control y limitación del potencial vitícola.
• Mantenimiento del presupuesto destinado a la OCM dentro del primer pilar (mercado) y evitar su transferencia tanto directa como indirecta al segundo pilar (desarrollo rural), ya que no se garantiza su repercusión directa en los viticultores.
• Apoyo el abandono definitivo del viñedo bajo dos condiciones:
o Que sea una opción voluntaria para el agricultor.
o Que esté limitado a nivel regional para evitar la deslocalización masiva del cultivo.
• Supresión el sistema de eliminación de excedentes mediante la destilación y reducir progresivamente las ayudas a la destilación para la obtención de alcohol de uso de boca. Simultáneamente se debe poner en marcha un sistema de compensación directa a los agricultores con el que compensar un sistema de no producción (vendimia en verde) para evitar los excedentes.
• Mantenimiento de la prohibición de mezclas y vinificación de mostos importados.
• Mayor apertura en el régimen de etiquetado, garantizando siempre el control, la trazabilidad y la información al consumidor.
• Modificaciones en las prácticas enológicas hasta los límites impuestos por la OIV.

Para ello, es imprescindible, en primer lugar, un reparto del presupuesto entre Estados Miembros atendiendo a los mismos criterios que se han utilizado hasta ahora en otros cultivos (serie histórica). También es necesaria la subsidiariedad de los estados miembros para aplicar políticas basadas en Planes Regionales de Planificación Vitivinícola que engloben todos los agentes del sector desde el sector productor hasta los consumidores.

Estos planes deben estar basados en la condicionalidad de ayudas públicas, selectivas a aquellos agentes del sector que estén dispuestos a aceptar la corresponsabilidad de todo el sector, desde la producción al consumidor, y su estructuración vertical.

En opinión de Manuel Sánchez-Brunete, “la Comisión Europea presentará su propuesta el día 22 de junio y en este momento es necesario influir en su decisión. Aunque se trata del inicio de la discusión política, es más eficaz trabajar en la propuesta antes de la toma de decisión formal que cambiar después la propuesta en el Consejo de Ministros.”

Con respecto a la actitud de la Comisaria de Agricultura, el responsable de Vino de COAG ha apuntado que “la he visto convencida de adoptar cambios profundos, pero está dispuesta a discutir las nuevas fórmulas presentadas. Estoy satisfecho en el sentido en que ha entendido nuestra propuesta; la ha visto coherente y de entrada no se ha posicionado en contra de los aspectos fundamentales, pero vengo preocupado por la posible vinculación de las ayudas con el desarrollo rural y con la fórmula definitiva que adopte para el reparto del presupuesto”.

COAG insta a la Administración a que no acepte un presupuesto inferior al histórico y para conseguirlo contará con todo el apoyo del sector vitivinícola y del mundo rural.