ESPAÑA 19/04/2006
Actualmente el universo de los cítricos es tan amplio que uno se vuelve loco pensando si elige una mandarina china o una clementina castellonense, o un limón californiano o andaluz, y es que si la globalización ha provocado la producción a gran escala y sus consecuentes efectos negativos para el mercado textil valenciano, el del motor o el juguetero, no menos turbulento se presenta el sector citrícola de la Comunidad Valenciana, zona exportadora por excelencia desde 1800.
Desde hace más de tres siglos, momento en que se crean las primeras plantaciones de naranjos en la zona mediterránea, el blanco azahar es un adorno común del verde paisaje valenciano, y el fruto del naranjo, el mandarino y el limonero ingrediente indispensable en cualquier hogar. Aunque estos frutos encarnan un clima, una gente, un estilo mediterráneo y suponen además, base económica de la tierra, la instauración del mercado global ha agudizado aun más los problemas estructurales y comerciales con los que contaba el sector.
La concentración de la demanda, los costes productivos más elevados que en otras zonas en las que la mano de obra es más barata y en las que se cuenta con campo de cultivo de mayores extensiones lo que abarata más si cabe, los costes de cultivo, se mantienen estructuras comerciales no adaptadas al nuevo orden comercial dominado por las fusiones que consiguen una cuota de mercado mayor, la falta de planificación de un espacio varietal y los modos de explotación aun artesanales, son algunas de las trabas a las que hay que enfrentarse. Pero sobre todo, el gran reto que se presenta es el del alubión productivo y la consecuente unificación de atributos de los productos, lo que hace necesario la creación de un alo de distinción que sea fundamental para la decisión de compra.
Y es que, de todo el manto naranja y amarillo que constituiría el total de variedades existentes de cítricos, el consumidor es el que elige una fruta y no otra ,así que la pregunta más efectiva en estos casos debería ser: ¿Cómo conseguir que de todo el universo casi infinito de naranjos, mandarinos y limoneros resalte una fruta concreta?
IGP “Cítricos Valencianos”
El Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida “Cítricos Valencianos” es una entidad sin ánimo de lucro creada en 1999 que ha sabido dar respuesta a la problemática de la distinción. A lo largo de sus seis años de vida ha ido forjándose como marca de calidad por excelencia ofreciendo un servicio de certificación que controla el proceso de producción, manipulación y comercialización, para asegurar en todo momento la máxima calidad. Su nombre por tanto, ya se erige como estandarte de rigurosidad algo que, ya en sí mismo distingue a sus productos del resto. Sin embargo, de nada sirve una gran marca si el producto al que ampara no reafirma con sus cualidades esa significación. Por esta razón, la IGP “Cítricos Valencianos” sólo tiene sentido cuando demuestra con el intenso aroma, el frescor natural, el gran sabor y el vivo color de sus frutos, no sólo su compromiso de calidad con el sector, sino también con la sociedad, al fomentar y promover una dieta saludable rica en fruta.
Auque la calidad es un valor añadido con el que cuentan los cítricos de la IGP “Cítricos Valencianos” a diferencia del resto, y es a lo que se orienta parte de su labor, el bombardeo continuo de mensajes lanzados por otras entidades en el cosmos de la producción mundial, puede diluir al producto amparado por este organismo con lo que, es necesario respaldarlo con una buena acción comunicativa. Por esta razón, el Consejo Regulador cuenta con un departamento de comunicación y marketing que planifica toda una serie de actividades promocionales externas como la organización de ferias y actos, el contacto con los medios de comunicación, la participación en iniciativas gastronómicas o educativas, la gestión del merchandising, etc.
Ferias Internacionales
Las ferias internacionales de la alimentación, como ANUGA en Colonia o Fruit Logística en Berlín, son de especial interés para la IGP “Cítricos Valencianos” pues su presencia, con un stand cuidadosamente expuesto, permite hacer importantes contactos comerciales, dar a conocer sus productos a nuevos consumidores, y poco a poco ir consiguiendo un reconocimiento en el mercado citrícola global. También intenta estar presente en los mercados mayoristas o detallistas de gran afluencia de público, pues es en los propios puntos de venta donde el consumidor puede acercarse directamente al producto.
A nivel nacional, los contactos comerciales son menores que en los eventos internacionales porque la repercusión comercial en frutas y verduras es mayor en ferias consolidadas como las mencionadas que en las celebradas en la Comunidad Valenciana enfocadas más al sector primario. Pero en cualquier caso, el Consejo Regulador también está interesado en las iniciativas locales ya que, suponen un auténtico escaparate para poder acercarse a los clientes potenciales, de ahí su presencia por ejemplo en la Feria de la Tecnología Agraria del Mediterráneo, que se celebró en Alicante del 19 a 22 del pasado mes de enero.
Embajador de la Comunidad Valenciana
Pero este organismo además es consciente de que en cierta medida es un embajador de la Comunidad Valenciana en el mundo y que sus actos, su imagen y su labor, va a repercutir en la reputación de la zona por lo que, el Consejo Regulador cuida cada uno de los detalles, desde el etiquetado, la presentación, embalaje de los productos y la decoración de los puntos de venta, hasta la publicidad. También por esta asociación directa con la zona mediterránea y por la función social que encabeza, la IGP intenta participar en iniciativas que fomenten la cultura y el turismo de la tierra, por eso está ya planificando su participación en dos actos de gran relevancia internacional como el V Encuentro Mundial de las Familias, que se celebrará del 7 al 9 de Julio y en colaboración con otros consejos reguladores, en la Copa del América, concretamente durante las regatas de la Copa Louis Vuitton. Estas jornadas pueden suponer el trampolín idóneo para la promoción de los productos autóctonos y en especial, la naranja, la mandarina y el limón.
En definitiva, la participación de la IGP “Cítricos Valencianos” en todos estos actos demuestra la gran labor promocional que está llevando a cabo, lo que aporta una gran riqueza al nombre de la comunidad de cara al exterior y supone el reconocimiento de la marca en el mercado global.
Paco Seva Rivadulla. Periodista Agrario