COAG Sevilla apuesta por un mecanismo de fijación de precios mínimos para hacer frente a la grave crisis del sector de la aceituna de mesa
La Interprofesional debe ser un instrumento de diálogo y consenso entre todos los representantes de los productores y los transformadores, al que debe sumarse la distribución.
El sector de la aceituna de mesa se enfrenta en la última década a una grave crisis ante la falta de acuerdo entre la industria y los productores para fijar un precio mínimo en origen que cubra los costes de producción. Hasta la fecha, la industria vinculada al sector, concentrada en pocas manos, compra la aceituna sin establecer un precio al inicio de la campaña, quedando exclusivamente en sus manos la fijación de éste una vez finalizada la misma. Esta realidad, caracterizada por la falta de transparencia, deja en una situación difícil a los agricultores, al carecer de mecanismos para hacer frente a la especulación de la industria.
Además, la falta de un protocolo de calidad que regule las importaciones de aceituna de mesa provoca una situación de competencia desleal ya que se presenta en igualdad de condiciones productos procedentes de otros países sin que éstos cumplan con las mismas exigencias de calidad que se pide a los productores españoles. Por ello, COAG Sevilla defiende la creación de un protocolo de calidad, que regule las importaciones, así como la aprobación de figuras de calidad, como puede ser la Denominación de Origen de la Gordal Sevillana, que permita a los consumidores diferenciar los productos en el mercado.
COAG Sevilla apuesta por un modelo Interprofesional, con la participación de todos, que sirva como un instrumento de diálogo y consenso entre productores y transformadores, al que debe sumarse la distribución, que es actualmente la gran ausente. Desde este punto de partida se podría trabajar en una adecuada promoción de los productos. Por ello, para COAG Sevilla la consolidación de una Interprofesional de la Aceituna de Mesa, pasa por la creación de un mecanismo que permita fijar precios mínimos que cubra los costes de producción y por el establecimiento de contratos tipo entre los productores y transformadores que garanticen la defensa de unos criterios de calidad claramente definidos.