ESPAÑA 23/03/2006
Una veintena de agricultores de la provincia de Valladolid, informa ASAJA, está sufriendo en sus propias carnes el atasco administrativo que arrastra la Confederación Hidrográfica del Duero, al ser multados por la propia Confederación por haber iniciado perforaciones para riego sin el correspondiente permiso, solicitado en algunos casos hace más de tres años, y que la CHD aún no ha resuelto.
Los agricultores solicitaron ayudas de la Junta de Castilla y León para la subvención de perforaciones para regadío en el año 2003, que fueron concedidas a finales de ese mismo ejercicio.
Desde ese momento, los interesados tenían un plazo de un año para realizar las prospecciones, como condición de la Administración Regional para poder cobrar la subvención del 50% de sus inversiones, que en la mayoría de los casos alcanza los 60.000 euros.
Inmediatamente de concedida la subvención, los agricultores comenzaron los trámites de solicitud en la Confederación para la extracción del agua para riego, al mismo tiempo que los de solicitud de autorización minera ante la Sección de Minas de la Consejería de Industria de la propia Junta, para realizar el sondeo.
Los proyectos de perforación se presentaron en Industria y CHD en Abril de 2004, pero mientras la autorización minera para la perforación fue concedida inmediatamente por la Consejería, la Confederación no tramitó los permisos en su momento, sino que únicamente facilitó “compromisos” que aún no se han plasmado a día de hoy en los expedientes, que siguen sin resolver.
Los agricultores, no obstante, obligados por el plazo señalado por la Junta de Castilla y León, y con los permisos de Minas en su poder, sacaron adelante sus proyectos, hasta que recientemente, recibieron inspecciones del Seprona que concluyeron con la remisión de informes a la propia Confederación en los que se ponía en conocimiento de la administración la ausencia de esas licencias.
La Confederación Hidrográfica ha impuesto, de este modo, sendas multas de 3.000 euros a cada uno de los agricultores por haber actuado sin autorización, cuando se han cumplido ya tres años de su solicitud y la presentación de sus proyectos, y es la propia Confederación la que ha dilatado ese proceso durante todos estos meses.
Desde Asaja se recuerda que para estos agricultores, la necesidad de perforación en busca de agua para sus cosechas no es un lujo, sino algo imprescindible para sacar adelante sus explotaciones y poder trabajar.
El retraso de tres años en la concesión del permiso por parte de la Confederación en modo alguno debe ser imputable a estos trabajadores, sino a la propia burocracia administrativa en la que está inmersa esa institución, que la convierte en absolutamente ineficaz, y en estos casos supera el absurdo.