ESPAÑA 22/12/2006
Estos datos constatan que, a pesar del gran esfuerzo inversor y de modernización del sector agrario, las producciones agrarias no están generando un mayor valor añadido para los agricultores y ganaderos, fundamentalmente por la caída de un 4% de los precios en origen, el aumento de un 3% de los costes de producción y la entrada en vigor del desacoplamiento de las ayudas establecido en la última reforma de la PAC.
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, COAG, considera muy preocupante el dato sobre la renta agraria en 2006, hecho público ayer por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.La Renta Agraria total durante el año 2006 ha experimentado una disminución del 3,76% en términos reales, pasando de 12.769 millones euros en el 2005 a los 12.289 millones de euros en el año 2006. Si se observa la evolución de la renta agraria, y analizando los datos en términos reales, la Renta Agraria real permanece por debajo de la cifrada en 1990.
Asimismo, el aumento de un 0,3% de la renta por ocupado es un puro espejismo: es debido al descenso de los mismos, cuyo reflejo lo encontramos en el descenso de casi un 4 % del número de UTAs, Unidades de Trabajo Agrícola.
Además, la renta por ocupado en el sector agrario se sitúa un año más muy por debajo, (55% menor), de la renta de referencia, cifrada en 22.022 € en la ORDEN APA/4095/2005, de 23 de diciembre, por la que se fija para el año 2006 la renta de referencia.
Estos datos constatan que, a pesar del gran esfuerzo inversor y de modernización del sector agrario, las producciones agrarias no están generando un mayor valor añadido para los agricultores y ganaderos, fundamentalmente por la caída de un 4% de los precios en origen, el aumento de un 3% de los costes de producción y la entrada en vigor del desacoplamiento de las ayudas establecido en la última reforma de la PAC.
El dato de 2006, invita aún más al pesimismo, si tenemos en cuenta el desastroso resultado económico del ejercicio 2005, con una caída de la renta agraria del 10,5%, debido tanto a las malas condiciones meteorológicas como al alarmante incremento de los costes de producción. La disminución del número de explotaciones sigue produciéndose a un ritmo muy alto, resultando alarmante en algunos sectores como la leche o el ovino, dónde ya se plantea la propia supervivencia del sector a medio plazo. Cuantificando, de octubre de 2000 a octubre de 2006 el número de afiliados en el REASS se ha reducido de 328.000 a 256.000 en el conjunto de España.
El problema de los costes de producción está adquiriendo cada vez mayor importancia y no se reduce solamente al incremento de precios del gasóleo, asunto que dio lugar a la firma del acuerdo entre OPAs y Gobierno. En un marco caracterizado por precios congelados y a la baja, así como por una mayor competencia de terceros países, una buena política de costes de producción resulta determinante para la viabilidad de las explotaciones. El último episodio de supresión de la tarifa eléctrica de riegos para el próximo año, unido a una subida general de tarifas de electricidad, nos muestra que este asunto puede poner contra las cuerdas a ciertas explotaciones en cualquier momento. Igualmente tenemos que estar atentos a los costes de los fertilizantes, maquinaria, reparaciones, semillas, etc.
En cuanto a la grave problemática de los precios en origen, exigimos un marco legislativo adecuado: ley de comercio, ley de organizaciones interprofesionales y ley de contratos tipo. Los objetivos son contribuir a una mayor participación del productor en la cadena de valor agroalimentario, un incremento de la transparencia del mercado y el establecimiento de relaciones equitativas productor – industria – distribución. Las medidas concretas a aplicar serían: revitalización del Observatorio de Precios, impulso a iniciativas de comercialización directa, mejora de los mercados en origen, implantación del doble etiquetado y control del “dumping” comercial.
El Estado Español tiene la necesidad de desarrollar políticas agrarias de Estado que compensen la situación crítica en la que la última reforma de la PAC ha dejado sectores enteros. Ya tenemos constancia de reducción de siembras y producciones en remolacha, algodón, leguminosas grano, tabaco, ovino y cereales de secano.
COAG mantiene en este escenario su apuesta por el modelo de agricultura profesional y familiar, sostenible y social, extendido por todos los territorios, incluso aquéllos menos favorables a la actividad agraria. El apoyo público debe dirigirse prioritariamente hacia este modelo de agricultura, porque no todos los modelos son iguales, y hacia los profesionales del sector agrario que viven principalmente de esta actividad y residen en el medio rural.