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Inspecciones de pimiento

La Junta obliga a analizar todo el pimiento que salga de Almería

Las inspecciones de ayer han permitido identificar las explotaciones en las que se cultivó el pimiento

ESPAÑA 29/12/2006


Se descarta decretar la alerta sanitaria, dado que el consumo de las partidas contaminadas no es nocivo

Los laboratorios de la provincia homologados por la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC) trabajarán a partir de ahora a destajo, para analizar todas las partidas de pimiento que las empresas almerienses pretendan comercializar. La medida fue anunciada ayer por el delegado del Gobierno en Almería, Juan Callejón, quien precisó que todas las partidas que salgan de Almería tendrán obligatoriamente que acreditar que no contienen restos de pesticidas ilegales, a través del certificado de uno de estos laboratorios.

Para Callejón se trata de una situación «muy cercana» a la de la alerta sanitaria que se temía a última hora del jueves, y que finalmente ha quedado en el envío de un «aviso» por parte de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESA), dependiente del Ministerio de Sanidad y Consumo, a la Junta de Andalucía, en el que le reclama información para responder a la denuncia transmitida por Alemania a la UE.

El delegado del Gobierno precisó que existe «muy poca diferencia» entre una alerta sanitaria y la solicitud de información a España efectuada por el Gobierno alemán a través de la UE, y que éste no es sino el paso previo a que se decrete. De hecho, no descartó que de detectarse nuevas partidas de pimiento en Almería con materias activas no autorizadas se inmovilice la exportación. De momento, sin embargo, se ha preferido evitar la alarma, ya que, según precisó Castellón, con la cantidad de pesticida ilegal que se ha detectado en las nueve partidas analizadas, una persona tendría que ingerir 14.000 kilos de pimiento contaminado para que fuera letal.

Con esta medida de urgencia, la necesidad de una acreditación legal para poder exportar el producto, se pretende impedir que Alemania cierre sus puertas al pimiento almeriense en el momento en el que más demanda existe, y cuando aún falta por comercializar un 30% de la producción provincial, según cifras de la Consejería de Agricultura y Pesca.

Además, la Junta anunció ayer que se van a intensificar las inspecciones aleatorias en la producción, la comercialización y los canales de distribución de pimiento y otros productos hortícolas, en colaboración con las federaciones de cooperativas y alhóndigas Coexphal y Ecohal.

Junto a ello, Juan Callejón reveló que el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil intensificará la búsqueda y rastreo de puntos de venta ilegales de fitosanitarios no autorizados. Según informó, durante el pasado año y éste, el Seprona ya habría «imputado a algunas personas este tipo de sustancias».

Las medidas previstas por la Junta tienen el objetivo de impedir que vuelva a ser Alemania la que descubra en destino el uso de materias activas no autorizadas por parte de productores de Almería. Por el momento no se han ofrecido cifras sobre el porcentaje de pimientos que podrían estar contaminados, aunque sí se ha precisado que el instituto de Stuttgart encontró restos de isofenfos metil en nueve partidas -que corresponden a unos 4.000 o 5.000 kilos-, cuando «de Almería salen a diario unas 2.000 partidas de pimiento». A pesar de ello, Callejón reconoció que además se han detectado partidas contaminadas en origen que «se han echado para atrás».

Inspecciones

Durante la jornada de ayer inspectores de las delegaciones de Agricultura y Salud se desplazaron a las ocho empresas almerienses de donde salieron las partidas contaminadas con isofenfos metil, con el objeto de realizar análisis y reclamar la documentación que aclarara el origen de los productos. Según la información facilitada ayer por la Junta, las diez fincas en las que fueron cultivados habrían sido identificadas durante el día de ayer y la situación «podría puntualmente» afectar a distintas comarcas almerienses.

El procedimiento diseñado por las delegaciones de Agricultura y Sanidad contempla que a partir de hoy técnicos de la Junta se desplacen hasta estas fincas para comprobar el uso de isofenfos metil, cuyos restos perduran unos 80 días en la planta. En caso afirmativo, la Administración procederá a la inmovilización del producto durante un mes y dará la opción al agricultor de arrancar la cosecha de forma voluntaria. Además, podrá imponer a los propietarios de los invernaderos sanciones que podrían alcanzar los 120.000 euros.

El jefe provincial de Salud, Tesifón Parrón, indicó ayer que los servicios jurídicos de la Junta de Andalucía analizarán en los próximos días si la comercialización del producto por parte de estos diez agricultores podría ser constitutiva de un presunto delito contra la salud pública.

Consumo

Sin pretender «quitarle la importancia que tiene», el delegado del Gobierno indicó ayer que el pimiento afectado por la denuncia alemana «se puede comer, pero evidentemente no es un producto sano y además no está permitido». Juan Callejón detalló que la dosis letal de esta sustancia es de 20 miligramos por kilo para una persona con un peso de 85 kilos, lo que significa que dada la cantidad media hallada -0,1 miligramos por kilo-, habría que consumir 14.000 kilos de pimiento.

La Junta de Andalucía aseguró ayer estar en estrecha colaboración con Coexphal, cuya presencia calificó de simbólica para la cooperación con los inspectores de Sanidad Vegetal, y afirmó haberse puesto en contacto con la otra plataforma de comercializadoras, Ecohal, a la que a última hora de la tarde de ayer aún no se había informado sobre las medidas previstas.

Frente a las críticas que ha recibido la delegación provincial de Agricultura en los últimos días, por no haber detectado en origen el problema, Callejón achacó la responsabilidad de lo sucedido a los infractores, ya que, a su juicio, no podemos aspirar a estar en un estado policial.

Antecedentes

La información emitida por el Gobierno de Baden Wüttemberg se remite a unos análisis realizados entre los meses de noviembre y diciembre por el Instituto de Investigación Animal y Química de Stuttgart, en los que, al parecer, se hallaron restos de isofenfos metil -un fitosanitario «no permitido ni en España ni en ningún estado miembro de la UE»- en nueve de las quince pruebas realizadas sobre pimientos españoles. Los contenidos de esta materia encontrados en las partidas españolas se movían entre los 0,005 y 0,18 miligramos por kilo, y seis de ellas superaban el límite máximo permitido, de 0,01 miligramos.


 

 



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