- 03/11/2006
Tras recordar que las promesas no sustituyen los alimentos, el Director General de la FAO, Jacques Diouf, exhortó hoy a los líderes mundiales a cumplir el compromiso adquirido hace una década de reducir a la mitad el número de personas que pasan hambre en el mundo para 2015.
A 10 años de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación (CMA) celebrada en Roma en 1996, en la cual se prometió reducir a la mitad el número de personas subnutridas para 2015, hoy sufren hambre más personas en los países en desarrollo −820 millones− que en 1996, señaló Diouf.
''Lejos de disminuir, la cifra de personas que pasan hambre en el mundo está aumentando, a un ritmo de cuatro millones al año'', subrayó Diouf durante la presentación del informe anual de la FAO El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo (SOFI-2006, por sus siglas en inglés).
Los dirigentes de los 185 países que participaron en la Cumbre de 1996 calificaron entonces el hambre mundial de ''inaceptable e intolerable'', recordó Diouf. ''Hoy, lamento profundamente informar que la situación sigue siendo intolerable e inaceptable, tanto más porque han pasado 10 años.''
''Seguir trabajando como hasta ahora no es suficiente'', declaró Diouf. Sería ''vergonzoso'' no cumplir el objetivo de la Cumbre Mundial, puntualizó.
Reducción insignificante
Según el informe SOFI, los 820 millones de personas subnutridas que hay en los países en desarrollo representan una reducción marginal de tres millones frente al punto de referencia de 1990-1992, de 823 millones, utilizado en la Cumbre.
Pero el resultado es todavía peor si se compara con el total mundial de 1996, de alrededor de 800 millones: representa un aumento de 23 millones de personas. Mantener la promesa de la Cumbre supondría una reducción anual de 31 millones del número de personas subnutridas hasta 2015, mientras que la cifra está creciendo unos cuatro millones al año.
Con todo, en estos 10 años la proporción de personas que pasan hambre en los países en desarrollo ha disminuido respecto al crecimiento demográfico, según indica el informe de la FAO.
En 1990-1992 una de cada cinco personas pasaba hambre en los países en desarrollo, esta proporción ha disminuido al 17 por ciento de hoy.
Objetivo del Milenio sobre el hambre
Además, las previsiones de la FAO indicaban que podría haber otra disminución del 17 por ciento al 10 por ciento en los próximos nueve años. ''Esto significa que el mundo está encaminado al cumplimiento del Objetivo de Desarrollo del Milenio referente a la reducción del hambre'', señala el informe.
Sin embargo, la proyección de la cifra total de personas subnutridas en los países en desarrollo para 2015 es de 582 millones, lo que representa un déficit de 170 millones respecto al objetivo de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación, que era de 412 millones.
Más de la mitad de estas personas se concentrarían en el Asia meridional y el Asia oriental, con 203 millones y 123 millones, respectivamente. En África subsahariana esta cifra sería de 179 millones de personas con hambre, más del doble respecto al objetivo de la Cumbre.
Diferencias considerables
En general, las tendencias de la disminución del hambre encubren importantes diferencias entre las regiones. Por ejemplo, Asia y el Pacífico y América Latina y el Caribe han experimentado una reducción general tanto del número como de la prevalencia de personas subnutridas.
En África subsahariana se indica que ''la tarea que afronta la región sigue siendo impresionante''. Actualmente hay 206 millones de personas que sufren hambre en esta región, casi 40 millones más que en 1990-1992, el período de referencia utilizado en la Cumbre de 1996.
Todavía es posible alcanzar el objetivo de la Cumbre −refiere el informe SOFI− si se toman medidas concretas y concertadas a partir de un enfoque dual que hace énfasis en una intervención directa contra el hambre acompañada del desarrollo agrícola y rural.
Por ello se enumeran una serie de pasos que considera necesarios para erradicar el hambre en los próximos años, entre ellos: dirigir programas e inversiones a los focos de pobreza y subnutrición; incrementar la productividad de la pequeña agricultura; crear condiciones adecuadas para la inversión privada, incluidas la transparencia y la buena gestión pública; hacer que el comercio mundial beneficie a los pobres, creando redes de protección para los grupos vulnerables; incrementar con rapidez el nivel de la Ayuda Oficial para el Desarrollo al 0,7 por ciento del PIB, según se prometió.
''Es necesario incrementar considerablemente nuestros esfuerzos para cumplir el objetivo de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de reducir el hambre. Si hay voluntad política, es posible lograrlo'', concluye el informe.